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LA POESÍA COMO ANUNCIO Y REBELIÓN


Enviado por   •  24 de Junio de 2014  •  Tesis  •  2.618 Palabras (11 Páginas)  •  242 Visitas

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Joaquín MARTA SOSA *:

ERNESTO CARDENAL,

LA POESÍA COMO ANUNCIO Y REBELIÓN

La de Ernesto Cardenal (Nicaragua, 1925) es la obra poética de mayor alcance innovador que se conozca hoy en Hispanoamericana desde la segunda mitad del siglo recién pasado por lo menos.

Esta renovación, que continúa y supera las de Darío, Vallejo, Neruda y la poesía beatnik, tiene una denominación en el vocabulario literario nicaragüense: se trata del exteriorismo, es decir, de un paradigma poético cuyos componentes y destinos habitan y se toman del espacio y tiempo que nos circundan, y coexisten con cada uno de nosotros en el universo de nuestra cotidianidad.

Esos materiales incluyen tanto la temática propia de esta concepción de la poesía como el lenguaje, la palabra de la que se vale y, desde luego, también sus finalidades, que en este caso consisten en ir más allá de la escritura poética e incidir como un dardo certero en la conciencia, las emociones y las percepciones que las gentes tengan de sí mismas en su realidad personal e histórica.

El exteriorismo de Cardenal

En lo que respecta a la poética cardenaliana, su exteriorismo es especialmente singular dentro de la literatura de Nicaragua.

Nos encontramos con una poesía que, de hecho, rompe límites y convenciones, entremezcla lírica con épica y drama, disuelve los espacios propios de la prosa y del verso y los integra continuamente en una arquitectura, la de sus poemas, que suele desquiciar los ritmos, los espacios, las concatenaciones. Así mismo emplea a destajo las características propias del montaje cinematográfico y todas las posibilidades que le permite a la escritura el espacio de la hoja. El colofón lo constituye un lenguaje que se apropia hasta extremos insólitos del habla oral, popular, de textos y crónicas, de reportajes periodísticos, de noticias, mitos y leyendas, de la onomatopeya, de los sonidos que están o que se cree oír en la naturaleza. En fin, de todo aquello que posea poder comunicante eficaz. Una buena muestra de ello es el final de su Canto Nacional:

Desmentir a la AP, a la UPI

ésa es también misión del poeta.

“Y como ciertos pájaros cantan sólo para ciertas razas”

como dijo Joaquín Pasos.

Sólo

hay problemas

cuando hay

soluciones

“Un-solo-corazón”

PIJUL PIJUL PIJUL

PIJIL

FUI FUI

KRAK!!!

BIEN TE VI

PONÉ PONÉ

JO-DI-DO JO-DI-DO

CHE CHE

MARÍA YA ES DE DÍA / MARÍA YA ES DE DÍA

La poesía de Cardenal opera como una receptora del mundo, tanto del presente como del pasado y del futuro. Esos orbes temporales los convoca, recibe y consolida mediante el uso desenfadado de la totalidad de los sentidos, sin exclusión alguna, que luego integra en las emociones y razones de la conciencia. Es poesía que parte del estar, y no del ser o de las esencialidades primeras o últimas, para regresar a las estancias de lo humano y no para referirse a sus esencias. En esta perspectiva su innegable religiosidad no sólo es mística sino especialmente antropológica, humana, donde el centro no está ocupado por Dios sino por el hombre, donde aquél no le reclama a éste y lo obliga sino donde es el hombre quien le reclama y exige.

En ese sentido es rotunda la “Oración por Marilyn Monroe” :

Señor /recibe a esta muchacha conocida en toda la tierra con el nombre de / Marilyn Monroe/ aunque ese no era su verdadero nombre / (pero Tú conoces su verdadero nombre, el de la / huerfanita violada a / los 9 años / y la empleadita de tienda que a los 16 años se había querido matar) / y que ahora se presenta ante Ti sin ningún maquillaje / sin su Agente de Prensa /sin fotógrafos y sin firmar autógrafos / sola como un astronauta frente a la noche espacial. (.........) Señor / en este mundo contaminado de pecados y radioactividad / Tú no culparás tan sólo a una empleadita de tienda. (.........) / La hallaron muerta en su cama con la mano en el teléfono. / Y los detectives no supieron a quien iba a llamar. (.......) / Señor / quienquiera que haya sido el que ella iba a llamar / y no llamó (y tal vez no era nadie / o era Alguien cuyo número no está en el Directorio de Los Ángeles) / contesta Tú el teléfono!

Así encaminado, el exteriorismo de Cardenal se nutre de un poderoso temple moral, es una manera de entender y valorar lo real, de enjuiciarlo incluso, y de revelar sus sentidos y finalidades humanos, es decir, los que son capaces de deshumanizar o de humanizar a la especie dentro, en el centro, de la historia, del aquí y ahora, del aquí y antes, del aquí y después.

Desde luego que esta poesía no surge de la nada. Corrientes vastas y poetas imprescindibles están en sus orígenes y recorrido. En primer lugar está la propia experiencia de la poesía nicaragüense, tan importante en nuestra lengua y cultura como escasamente conocida, desde Rubén Darío hasta Pablo Antonio Cuadra, pasando por Alfonso Cortés, el “poeta loco”, Joaquín Pasos, el gran innovador del primer exteriorismo, Carlos Martínez Rivas, el asombroso poeta de La insurrección solitaria a quien todos consideran junto con José Coronel Urtecho, el maestro espléndido de una poesía densa y luminosa, culminando con Ernesto Mejía Sánchez, poeta de la misma generación de Cardenal. Todos ellos se nutrieron, a su vez y en una u otra medida, de los clásicos españoles en primer lugar, pero luego y a partir del magisterio de Coronel Urtecho, de la poesía norteamericana, y muy en particular de Ezra Pound de quien casi se van a considerar tributarios.

En el caso de Cardenal habría que añadir a esas fuentes la poesía china, los textos zen, las elaboraciones cósmico-teológicas y humanísticas de Teilhard de Chardin, la poesía de san Juan de La Cruz y de Thomas Merton que le marcan la pauta mística, y la de los norteamericanos Stephen Vincent Benet y Vachel Lindsay, especialmente en lo que sus poéticas tienen de aproximación a lo real y denuncia de las humillaciones a que es sometida la humanidad concreta de los expoliados. También la lírica de los populares epigramáticos latinos, Catulo, Marcial, Propercio, así como la poesía que él llama “primitiva”, es decir la creada por los indígenas latino

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