La Isla Del Tesoro

STEVENSON, Robert Louis. Escocia. La isla del tesoro.

Bogotá: Casa Editorial El Tiempo, 2002, 223 pp.

Treasure Island como originalmente fue publicada en Londres en 1883 por el escritor escoces Robert Louis Stevenson Balfor; llevada a una gran colección literaria por la Casa Editorial El Tiempo gracias a la colaboración de Bibliotex, S.L. y Mediasat Group, con la traducción de Laura Sales; es compartida para revelar la obra de Stevenson que con algunos otros escritos como crónicas de viaje, relatos de aventuras e históricos, además de liricos y ensayos, de los cuales se destacan “La Flecha Negra”, “El extraño caso del doctor Jekyll y míster Hyde” se convirtió en uno de los autores de historias fantásticas y de aventuras más clásicas de la literatura juvenil, fundando así su legado y determinando, sin lugar a dudas, a que tan elegantes y sobrios escritos fueran apreciados aun después de su muerte y contagiando a escritores como H. G. Wells y Jorge Luis Borges, entre otros. Es Stevenson quien revive el relato clásico de aventuras ante la aparición de la novela naturalista o psicológica. Reunido en familia en Braemar, en las Tierras Altas Escocesas, a la edad de 30 años y luego de varios viajes y aventuras con sus padres empezó a fraguarse una historia de piratas, de acuerdo a aun dibujo hecho por su hijastro Lloyd Osbourne, sobre unas islas; de las cuales Stevenson se inspiró para llamarlas “La Isla Del Tesoro” y que junto con los aportes e ideas de quienes lo acompañaban, a los cuales mientras él les leía en voz alta, iban dando su aportes, inicio la composición de esta obra. Poco menos de dos meses bastaron para que Alexander Japp, un doctor amigo, llevara la historia apenas iniciada a la revista Young Folks, donde se publicaría por capítulos; más tarde, tras inconvenientes de salud, se tuvo que alejar inclusive del relato, para así, cuando recobrara fuerzas poder continuar, que de momento como se había publicado en la revista no había atraído mayor atención; no fue sino hasta que se publicó como libro en 1883 que tuvo éxito. Con agradecimiento y dedicatoria a Osborne, Stevenson completo su tarea sobre “La Isla Del Tesoro” con el fin también de mostrar su idea de unir para siempre a piratas con islas tropicales, mapas, tesoros, marineros y embarcaciones tan asombrosas como sombrías. Distribuida en siete partes, con 34 capítulos; inicia a la lectura:

Dice Stevenson. 1883.

Nota al comprador indeciso:

Si los cuentos de marinos y sus canciones de tormentas y aventuras,

de hielo y sol, de navíos y de islas, de piratas abandonados,

de bucaneros y oro enterrado, y todas las historias,

relatadas de nuevo conforme al modo antiguo,

gustan tanto como me gustan a mí

a los sensatos jóvenes de hoy día,

adelante, que empiece nuestra historia.

pero si no es así, si los jóvenes aplicados carecen del gusto de antaño

y han olvidado a Kingston y a Ballantyne el bravo, y a Cooper,

el de bosques y mares, ¡adelante!

pueda yo con mis piratas descansar en la tumba

donde yacen ellos junto a sus obras (p. 7).

Es Jim Hawkins un joven que junto a sus padres vive en el Almirante Benbow, una posada ubicada en alguna costa de Inglaterra, en algún año de 1700; lugar de paso para hombres de mar. Cierto día aparece en la posada un viejo marinero de esos que son bastante curtidos por el mar, borracho por el ron y demacrado por el mismo, que se hacía llamar “Capitán” Billy Bones el cual se asentó en la posada por meses contando únicamente con un viejo y gastado baúl de marinero, quien a pesar de su actitud burda llego a fiarse de Jim, al que más tarde y por causa de Bones tendría toda una historia para contar; dada una enfermedad de su padre conoció al doctor David Livesey. Luego de un tiempo de estar el capitán Bones hospedado en su casa empezarían a recibir visitas poco deseadas, “Perro Negro”, además de “El Ciego” Pew, dos viejos conocidos de Bones quienes lo buscaban para quitarle el cofre que este llevaba, ayudados de otros maleantes hombres de mar. Atemorizados por estos rufianes, Jim y su madre huyen de la posada llevándose consigo el baúl con las pertenencias de Bones quien moriría de apoplejía debido a su adicción al ron, e hicieron participes de lo sucedido al doctor Livesey y al “El Caballero” el señor Trelawney, quienes encontrarían entre las cosas del marinero el mapa de un tesoro además de unas extrañas notas. Emocionados por esto el señor Trelawney expone querer ir por el tesoro y junto con el doctor Livesey y el consentimiento de Jim planean construir un barco que los llevara a una inmensa riqueza; de allí viajarían a el puerto de Bristol donde construirían una goleta: “La Hispaniola” y planearían el viaje junto a quien sería capitán de La Hispaniola, Alexander Smollett y donde encontrarían a John Silver “El Largo” un viejo cocinero de a bordo. Así y con una tripulación con sirvientes del señor Trelawney además de marineros traídos por Silver; pero con ciertas dudas de la misma, expresadas por el capitán Smollet emprenden el viaje en la magnífica embarcación, donde pasados unos días de viaje y con sospechas de Silver, fundada en un comentario que Bones Le hiciera un día a Jim, este espía a “El Barbacoa”, como también llamaban a Silver, donde lo descubre dirigiendo un motín, pues era el, un hombre de mar que viajo con Bones en la embarcación del capitán Flint, un reconocido, despiadado y cruel pirata, que además hacia grupo con perro negro y el ciego Pew quienes querían robar el mapa del tesoro que alguna vez escondió Flint. Con esto Jim avisa al caballero y al doctor para poder así elaborar un plan y contrarrestar a Silver y su tropa de traicioneros piratas. Al tiempo de llegar a tierra y con un ambiente tenso el capitán Smollett permite a la tripulación bajar para que solos junto a Trelawney y Livesey decidieran

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