La Opinión Teledirigida
Enviado por pakotruffaut • 7 de Abril de 2014 • 499 Palabras (2 Páginas) • 281 Visitas
LA OPINION TELEDIRIGIDA
El término vídeo-política hace referencia sólo a uno de los múltiples aspectos del poder del vídeo: su incidencia en los procesos políticos, y con ello una radical transformación de cómo «ser políticos» y de cómo «gestionar la política». Sobre todo en función de cómo la televisión le induce a opinar. Y en el hecho de conducir la opinión, el poder de la imagen se coloca en el centro de todos los procesos de la política contemporánea. la televisión condiciona fuertemente el proceso electoral, ya sea en la elección de los candidatos , bien en su modo de plantear la batalla electoral, o en la forma de ayudar a vencer al vencedor.
La opinión pública: es el conjunto de opiniones que se encuentra en el público o en los públicos. Pero la noción de opinión pública denomina sobre todo opiniones generalizadas del público, una opinión se denomina pública no sólo porque es del público, sino también porque implica la res publica, la cosa pública, es decir, argumentos de naturaleza pública: los intereses generales, el bien común, los problemas colectivos.
Cuando la opinión pública se plasmaba fundamentalmente en los periódicos había un equilibrio entre opinión autónoma y opiniones heterónomas, pero con el surgimiento de la televisión, los procesos de formación de la opinión no se producen directamente de arriba a abajo; se producen en una especie de sucesión de cascadas interrumpidas por lagunas en las que las opiniones se mezclan.
La mayoría de las opiniones recogidas por los sondeos es: a) débil (no ex-presa opiniones intensas, es decir, sentidas profundamente); b) volátil (puede cambiar en pocos días); e) inventada en ese momento para decir algo (si se responde «no sé» se puede quedar mal ante los demás); y sobre todo d) produce un efecto reflectante, un rebote de lo que sostienen los medios de comunicación.
Los sondeos no son instrumentos de demo-poder un instrumento que revela la vox populi sino sobre todo una expresión del poder de los medios de comunicación sobre el pueblo; y su influencia bloquea frecuentemente decisiones útiles y necesarias, o bien lleva a tomar decisiones equivocadas sostenidas por simples «rumores», por opiniones débiles, deformadas, manipuladas, e incluso desinformadas.
Por desinformación entiendo una distorsión de la información: dar noticias falseadas que inducen a engaño al que las escucha. La verdadera desinformación: no es informar poco, sino informar mal, distorsionando.
La desinformación se alimenta de dos típicas distorsiones de una información que tiene que ser excitante a cualquier precio: premiar la excentricidad y privilegiar el ataque y la agresividad.
La teoría es que informar es comunicar un contenido, decir algo. Pero en la jerga de la confusión mediática, información es solamente el bit,
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