La Verdad De La Mentira

Las novelas son un género literario muy famoso, ya que le ofrecen al lector diversas historias que se encuentran llenas de elementos con los cuales se puede identificar, como son los hechos, los sentimientos, los ambientes visitados o las características de los personajes. Ellas nos ofrecen un sinfín de oportunidades para poder vivir, desde una perspectiva ajena, diferentes situaciones que pueden o no estar ligadas a la realidad, pero que nos despiertan la euforia y admiración por aquello que tenemos al frente.

Dentro del marco de los grandes escritores, Mario Vargas Llosa se levanta como escritor peruano que ha recibido diversos galardones por sus novelas. Entre sus escritos tenemos una famosa lectura llamada la verdad de las mentiras, en la cual realiza un análisis a varias obras, en donde analiza la interacción entre la ficción en las novelas y la verdad que representan para el lector.

En este escrito, Vargas Llosa defiende que las novelas representan para el lector una oportunidad de ver reflejada una realidad que les gustaría vivir. En este sentido, la persona que escribe busca exponer, no únicamente sus propias vivencias, sino también elementos que le hubiera gustado vivir y con los cuales el lector puede llegar a identificarse.

Pero no es únicamente el autor quien le da este sentido de pertenencia al texto, el lector también se convierte en parte fundamental de esta realidad, identificándose con elementos de la misma o situaciones que en el fondo le gustaría vivir. La esencia de este escrito es, entonces, que la ficción que representan las novelas envuelven verdades psicológicas de aquellos quienes escriben, de la misma manera que representan una realidad ilusoria en la cual al lector le gustaría participar.

La realidad y la mentira se entrelazan entonces, convirtiéndose en perspectivas diferentes de una misma situación. Los elementos fantásticos que puede contener una novela llevan al lector a vidas y lugares exóticos inimaginables que se recrean de forma realista en la imaginación del lector. Esta recreación de las palabras se convierten en realidades interpretadas de maneras diferentes, pero encerradas muy profundamente en el subconsciente de la persona y mostrándose en aquellos momentos en que aparecen estímulos con los cuales poder identificarse.

De esta manera, aparece una verdad: la persona tiene un mundo interno compuesto por un sinfín de elementos reales y con características fantásticas que le gustaría vivir, pero que en algunos casos es poco exteriorizada, por lo cual cualquier vestigio que le permita recrear esta fantasía y trasladarse a ese mundo de ensueño será bienvenido. Estos vestigios lo ofrecen con mayor profundidad las novelas.

Una de las cualidades que ofrece Vargas Llosa en su escrito es que las novelas tienen un poder fundamental sobre el pensamiento de las personas. Él explica como en la época de los españoles, las lecturas se

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