La crítica a las misiones culturales a través del cuento “Luvina”, de Juan Rulfo

La crítica a las misiones culturales a través del cuento “Luvina”, de Juan Rulfo

El escritor Juan Rulfo, estremeció la literatura mexicana y puede ser considerado quizás, el narrador latinoamericano más enigmático, pues su pequeña, pero muy densa obra se sembró de tierra y tradición.  Lo que le valió la atención de la crítica y la historiografía literaria. Los cuentos que componen “El llano en llamas”, muestran una prosa expresiva que va más allá de la anécdota social, donde se ilustra la vida de los pobres del campo.  Aunque sus cuentos son historias diferentes, se relacionan por la época y los temas tratados. Se habla de un México simple, con paisajes ásperos y hermosos en sus campos; devastado por la guerra, donde la gente aún vive con silenciosa resignación o cautivada desesperación. Se narra a manera de confesiones el dolor y el abandono, las frustraciones y la hambruna de todo aquello que prometieron los hombres de la revolución y del gobierno y que no llegaron a cumplir en su totalidad o no llenaron las expectativas de los más necesitados, como se manifiesta en “Luvina”.

Aquí se revela, además, una crítica a otros programas que se llevaron a cabo como: las misiones culturales, que fueron propugnadas por Vasconcelos como parte de una gran contienda contra la ignorancia y con el fin de convertirse en un agente de cambio para la población, en especial para las comunidades rurales y rurales indígenas. Incorporándolos al proyecto de la nación y llegar a un saneamiento corporal y doméstico. La educación debía llegar a todos los rincones del país, ese era su principal objetivo.

En “Luvina”, Juan Rulfo muestra, de forma solapada o directa la criticidad de este evento de la historia mexicana. El cuento, lleno de matices y descripciones, a veces fantasmagóricas, se convierte a su vez en una reclamo social y político pues tanto el hombre que va a ir a Luvina como el que regresó de aquel pueblo son maestros rurales llenos de las ilusiones educativas propias de los que se embargaron en esa tarea asignada por el gobierno de aquellos años. “En esa época tenía yo mis fuerzas. Estaba cargado de ideas..Usted sabe que a todos nosotros nos infunden ideas. Y uno va con esa plata encima para plasmarla en todas partes”. (Rulfo,1953 p.45).

El autor a través de diseño y las voces de sus personajes muestra el absurdo de la política educativa de un gobierno que desconoce la extrema pobreza y abandono de muchos de sus gobernados. Las promesas que el gobierno mexicano había hecho durante mucho tiempo; promesas de prosperidad e igualdad para todos no llegaron hasta los habitantes de Luvina y por ello, desde hace mucho tiempo se habían resignado a vivir así, ya que no ven las esperanzas por ninguna parte.

El poblado es la expresión más amarga y desolada, que pueda darse de un lugar y unas gentes, de un clima y un territorio. Un ambiente que, según los recuerdos del narrador activo, va más allá de lo realista: “un cerro empinado y brillante por donde suben los sueños”. Un lugar donde incluso Dios está decididamente ausente, pero si persiste la superstición y el costumbrismo de las personas de la época: “Pero si nosotros nos vamos, ¿quién se llevará a nuestros muertos? Ellos viven aquí y no podemos dejarlos solos” (Rulfo,1953 p.45).

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