La desdicha del desinterés general.

Cosio Martínez Lesly  Hitzel

Reporte de lectura número 4.

Ricardo Becerra.

La desdicha del desinterés general.

Este texto nos invita a reflexionar sobre la forma en que asumimos nuestro papel dentro de la sociedad, y como tristemente (me parece) hemos caído en el desinterés  genérico.

Me permitiré la libertad, de recordar esa vieja lucha que la mayoría ha olvidado; aquella donde los hombres pretendían ser de igual importancia ante el Estado, donde ellos creían que las políticas que este ejercía no solo tendrían que ir abocadas a las clases dominantes, también deberían  ser del dominio popular; ellos estaban convencidos de que las cuestiones publicas incluían a todos los ciudadanos y por todos, por la inclusión, por  ese sentimiento de colectividad; pero no me refiero a  cualquier tipo de colectividad,  la idea es ubicarnos en  esa  de donde emana el bien común, aquella que con el pasar del tiempo se observa más irrisoria y utópica esa que agoniza y sabe huele a olvido.

Sin embargo en las sociedades modernas, vivimos una fragmentación de demandas, pareciera que si no eres indígena, no puedes abogar por el bien de las comunidades de la sierra tarahumara; o mejor entendido, si no vives en la sierra tarahumara para que luchar por los derechos de las personas, que si pertenecen ahí.

La demandas políticas se generan entre miembros que comparten  necesidades,  territorios, ideas, etc. propiciando de esta forma que vivamos en sociedades archipiélago, no juntas pero tampoco tan distantes; convivimos todos los días con personas que pertenecen a causas distintas, religión, orden, preferencia sexual, interés económico, partido político, la cosa es tan seria que casi me atrevería a mencionar equipo de futbol.

El problema de olvidar que somos un solo territorio general y que lo que afecta a uno tarde o temprano nos afectara a todos, es que el precio es elevado, y difícil de pagar; así se ha creado un clientelismo político, sin igual.

Pareciera que para cada grupo social se necesita un diputado que represente sus intereses  en le congreso. Esa sun lugar a dudas es la cuestión  mas irritante, como un representante del pueblo, alguien que ha sido envestido, con el poder de toamr desiciones en nombre de otros puede hacer su trabajo formal de manera efectiva y eficaz, si debe comprometer su actuar con A grupo, B grupo y C grupo.

Dejamos de combinar demandas, por creer que las particulares son de mayor importancia, pero sobre todo por que perdimos de vista que somos un solo ente, un país, y que la única forma de lograr que se viislumbre un mejor futuro , es ocupándonos y preocupándonos de aquel con quien rosamos el hombro, de igual a igual, esa es la verdadera forma de ser ciudadano y crear un Estado fuerte y capaz de salir adelante.

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