La generalización e imposición del concepto “Occidente”

La generalización e imposición del concepto “Occidente” en nuestra sociedad tiene como todo un precedente histórico en el que se evalúan los motivos que dieron su origen, las condiciones que permiten su desarrollo y evolución, y los factores que pueden determinar su extinción. Este concepto va de la mano de otro igualmente generalizado e impuesto en nuestra matriz que es el de “Civilización” y del que se afirma que ha proporcionado a las personas sus identificaciones más amplias, siendo imposible pensar la evolución de la humanidad de otra forma.

Pero ¿de donde aparece el concepto de civilización? La idea de civilización fue elaborada por pensadores franceses del siglo XVIII como un estado opuesto al de barbarie, eso es, ser civilizado era bueno y ser incivilizado era malo. Entrando en el siglo XIX, la idea de civilización en sentido singular y definida como el objetivo ideal al cual aspiran las sociedades, comienza a desfigurándose conforme van consolidándose nuevas civilizaciones ante la ausencia de un único criterio de lo que es civilizado. Y aquí es donde el autor realiza una importante reflexión: “una civilización en el sentido del plural podía ser absolutamente incivilizada en el sentido singular”. Sin embargo esta tendencia no fue generalizada, ya que la idea de civilización singular reaparece hoy en los teóricos en el argumento de una civilización mundial universal.

Hay quienes piensan y afirman que es la civilización de Occidente la que aspira a esta categoría por su mayor difusión a nivel global, pero ¿a qué se debe el uso específico de la palabra “Occidente”? Si partimos de los hechos o situaciones que determinan la clasificación de las civilizaciones hasta hoy conocidas, o al menos por su gran mayoría, estas han sido determinadas por elementos como la sangre, la lengua, y en una medida muy amplia por la religión. Todos ellos elementos que hacen referencia a la forma global de vida de un pueblo, o lo que conocemos también como cultura, permitiendo diferenciar grupos humanos por sus valores, creencias, instituciones y estructuras sociales. Esto último permite concluir que las civilizaciones son globales, en el sentido de que ninguna de las unidades que la constituyen puede ser entendida plenamente sin hacer referencia a la civilización que las abarca. Y es por ello que podemos identificar en esencia doce grandes civilizaciones, de las cuales siete ya no existen (Mesopotámica, egipcia, cretense, clásica, bizantina, mesoamericana, andina) y cinco si (china, japonesa, india, islámica y occidental). Si nos damos cuenta, esta identificación responde tanto a factores geográficos perfectamente delimitados y religiosos; pero en el caso de la civilización occidental esta ha sufrido una serie de transformaciones, que ya no la encasillan en dentro de estos dos elementos, esto debido a que ya no solo se habla de Occidente referidos a Europa, este se ha expandido a Norteamérica

...