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La otredad en Robinson Crusoe


Enviado por   •  2 de Noviembre de 2021  •  Tarea  •  364 Palabras (2 Páginas)  •  202 Visitas

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La otredad a partir de Robinson Crusoe

El problema del otro es un tópico recurrente en la literatura, vienen a mi mente los otros de Otelo -un moro-, El mercader de Venecia -un judío usurero- y en el caso que nos interesa, Robinson Crusoe, los caníbales / Viernes / América / la isla.

El otro es todo lo que no soy yo, lo distinto a mí, a mis costumbres, a mis ideas, a mi cultura, a mi espacio. El problema aparece cuando se está frente al otro, cuando hay que resolver de alguna manera esa relación con el otro. Si consideramos al otro un igual, la solución es más fácil. Pero cuando uno se considera superior o mejor al otro, la situación cambia.

Como menciona Feinmann, el colonialismo europeo, a partir de la llegada de Colón a América, fue un proceso violento, los pueblos originarios fueron arrasados porque a los “indios” no se los consideró un otro igual. Se los catalogó como no humanos, sin alma, no cubiertos por el evangelio, estaban por fuera de la historia. Había que civilizarlos, colocarlos dentro de la historia (de la historia de los blancos), educarlos y salvarlos.

En Robinson Crusoe, Daniel Defoe, representa ese proceso civilizatorio en la relación entre Robinson y Viernes, pero también en la relación entre Robinson y la isla, como un “otro lugar”, menciona Calderón Le Joliff. Robinson se apropia del lugar e intenta replicar su mundo conocido, “logra usar las herramientas de la civilización […] para sobrevivir y hasta construir un semblante de orden civilizado”. Por supuesto, esto se nota más en la relación con Viernes, de quien, en primer lugar, ignora su identidad. En la reescitura de Cortázar, Viernes le dice a Robinson: “Mi verdadero nombre no es Viernes, aunque nunca te preocupaste por saberlo”, En segundo lugar, le confiere rasgos físicos europeos, de lo contrario no hubiera merecido ser “civilizado” o instruido por él. Pero esto no alcanzaba para liberarse de su condición de esclavo, la que nunca fue puesta en duda por Robinson. La primera palabra que le enseñó fue “amo”.

Feinmann habla de “la pesada carga del hombre blanco” mencionada por Rudyard Kipling. El Robinson Daniel Defoe se hace cargo de ese trabajo.

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