Las ilustraciones de Gustave Doré en “El cuervo” de Edgar Allan Poe

Las ilustraciones de Gustave Doré en “El cuervo” de Edgar Allan Poe

        El 29 de enero de 1845 aparece publicado “El cuervo” en el periódico “El espejo de la tarde” de Nueva York e inmediatamente es reproducido en casi todos los diarios y revistas de Estados Unidos, dándole a su autor merecida fama. Es un poema que se clasifica dentro del género narrativo y el subgénero del terror, también llamado gótico. El contenido es un diálogo desgarrador entre un hombre dolorido por la muerte de su amada, y un cuervo que es un símbolo de lo oscuro, de lo misterioso, de lo demoníaco, de lo sobrenatural. Más que un diálogo es un monólogo cortado por un “nunca más” que son las palabras fatales del cuervo.

        Publicaciones posteriores de “El cuervo” incluyeron imágenes realizadas por prestigiosos ilustradores. Particularmente, en 1858 “El cuervo” apareció en un antología británica de Poe con ilustraciones de John Tenniel, el ilustrador de Alicia en el País de las Maravillas. También se publicó independientemente con espléndidos grabados por Gustave Doré en 1884, quien murió antes de su publicación. En 1875, una edición francesa fue publicada con litografías hechas por el afamado impresionista Édouard Manet y con traducción del simbolista Stephane Mallarmé. Muchos artistas del siglo XX e ilustradores contemporáneos crearon ilustraciones basadas en “El cuervo”, entre ellos Edmund Dulac e István Orosz, Ryan Price, Odilon Redon y Gahan Wilson.

        Las ilustraciones de Gustave Doré no son reproducciones exactas de lo que él dibujó. Al utilizar la xilografía para las ilustraciones, el proceso era muy lento, así que tenía trabajando para él a numerosos grabadores. Doré hacía sus dibujos en bloques de madera, los cuales pasaban a manos de los grabadores que abrían en la madera una infinidad de rasgos increíblemente precisos y variados, transformando las líneas y los variados grises de los dibujos originales en una masa de trazos y líneas. [pic 1][pic 2]

        Antes del inicio del poema encontramos una ilustración que nos adelanta el contenido del mismo. Se observa un gran claroscuro y profundidad en las cortinas que aumenta la dramatización y el sentimiento de misterio, el protagonista intenta abrirse paso entre ellas, las cuales parecen muy densas produciendo un efecto de dificultad para llegar al otro lado. En la esquina derecha superior se ve un esqueleto que puede representar tanto la muerte como la soledad. Esta presente el cuervo, desencadenante de su locura y en la esquina superior izquierda una banda con la única palabra que pronuncia el cuervo “Nevermore”, en castellano “Nunca más”.

        Durante todo el poema destaca el sentimiento de soledad del protagonista debido a la muerte de su amada Leonora. Este sentimiento se encuentra realzado por las ilustraciones, aunque en la mayoría no se encuentra solo: en casi todas aparece la imagen de Leonora representada como un espectro que sigue presente en su vida y pensamiento, significando el amor como sentimiento máximo; también aparecen otras figuras espirituales que tal vez representen a las personas que también marcharon de su vida o quizás simbolicen sus temores. Para esta idea me he basado en la siguiente ilustración:

        Ante la claridad que proviene del interior de la habitación que representa la racionalidad, encontramos en la oscuridad aquello que se encuentra en lo más profundo de los pensamientos, los temores y sentimientos ocultos. Se puede comparar con el grabado de Goya en la serie de Los Caprichos El sueño de la razón produce monstruos, en el cual la intención del autor es representar la razón, contenida en los límites del sueño, que libera en la noche los monstruos de lo que hoy llamamos subconsciente.

        A parte de Leonora y los espectros también aparecen ángeles que están relacionados con la muerte de su amada. Estos aparecen en varias ocasiones rodeando a Leonora haciendo alusión a su condición de difunta. El sentimiento de muerte es constante, representado en su mayoría por un esqueleto y en una ocasión por la misma Leonora tumbada en el suelo.

        Tanto en el poema como en las ilustraciones predomina un ambiente tenebroso, recrea espacios misteriosos (en una ilustración un cementerio). Este ambiente está presente en casi todas las ilustraciones, con un acusado claroscuro pudiendo llegar a hablar del tenebrismo barroco de pintores como Caravaggio; también destacan los fondos desdibujados fusionados con otros elementos:[pic 3][pic 4]

En la ilustración de la izquierda, se desdibuja el fondo intentando recrear una niebla en la que se difuminan los espíritus. En la de la derecha, en la que aparece el protagonista cada vez más desquiciado por el cuervo, el espacio casi no se puede concretar. Sabemos que sigue en su casa porque se distinguen la puerta y el sillón, pero el resto del ambiente está rodeado por nubes o niebla espesa.

        También podemos observar cómo la naturaleza se presenta con violencia como reflejo del espíritu apasionado y atormentado y no es un simple decorado, sino que se proyectan sobre ella los sentimientos. La mayoría de espacios se representan en el interior de la casa, pero analicemos estas dos ilustraciones de acuerdo con los versos que le corresponden:[pic 5]

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