Las lilas

Cuando las lilas duraron en el pórtico florecido Cuando florecieron las lilas en el patio, y la gran estrella se inclinó temprano en el cielo del oeste en la noche, lloré y, sin embargo, lamentaré con la primavera eterna. La primavera siempre regresa, la trinidad seguro que me traes, Lila florece estrella perenne y caída en el oeste, Y pensaba en él que amo. ¡Oh poderosa estrella caída occidental! O sombras de la noche-¡O noche melancólica y llorosa! ¡Oh gran estrella desapareció! ¡Oh, la negra oscuridad que oculta la estrella!

¡Oh, manos crueles que me mantienen impotente! ¡Oh alma impotente! ¡Oh, áspera nube circundante que no liberará mi alma! En el patio, frente a una antigua casa de labranza cerca de las empalizadas de mampostería blanca, se encuentra el arbusto lila alto con hojas en forma de corazón de color verde intenso, con muchas flores puntiagudas que se elevan delicadas, con el fuerte perfume que amo, Con cada hoja, un milagro, y de este arbusto en el patio, con delicadas flores de color d y hojas en forma de corazón de verde intenso, una ramita con flores. En el pantano en recónditos recovecos, un pájaro tímido y escondido está cantando una canción. Solitario el tordo, El ermitaño retirado a sí mismo, evitando los asentamientos Canta por sí mismo una canción Canción de la garganta sangrante, Canción de vida de la muerte (para mi querido hermano lo sé, Si no se te concediera cantar, seguramente morirías .)

Sobre el seno de la primavera, la tierra, en medio de ciudades, entre carriles y bosques viejos, donde últimamente las violetas asoman del suelo, divisan los escombros grises En medio de la hierba en los campos a cada lado de los senderos, pasando la hierba interminable , Pasando el trigo con la lanza amarilla, cada grano de su sudario en los campos de color marrón oscuro levantados Pasando los golpes del manzano de blanco y rosa en los huertos Llevando un cadáver a donde debe descansar en la tumba, Noche y día viaja un ataúd. Ataúd que atraviesa callejones y calles, "A través del día y de la noche con la gran nube oscureciendo la tierra, Con la pompa de las banderas incandescentes con las ciudades cubiertas de negro, Con el espectáculo de los propios Estados como del velo crapeado mujeres de pie, con procesiones largas y serpenteantes y flambeantes de la noche, con las innumerables antorchas encendidas, con el mar silencioso de rostros y las cabezas desnudas con el depósito de espera, el ataúd de llegada y las caras sombrías, con endechas en la noche con las mil voces elevándose fuertes y solemnes.

Con todas las voces tristes de las endechas vertidas alrededor del ataúd, las iglesias con poca luz y los órganos temblorosos donde en medio de estos se viaja, con el retumbar perpetuo de las campanas tocando campanas, Aquí, ataúd que pasa lentamente, te doy mi ramita de lila (Ni para ti, solo para uno, flores y ramas verdes para ataúdes

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