Literatura mexicana e iberoamericana

11 de marzo de 2015

608

Literatura mexicana e iberoamericana

A sangre fría

En el presente trabajo hablaremos del cuento “De viaje” del autor Ciro B. Ceballos, el cual era un escritor, periodista y crítico literario. Fue director de “El intransigente” y colaboró en “El imparcial”, “El universal” y la “Revista moderna”. Perteneció al movimiento literario del modernismo mexicano, el cual se basa en la literatura sensorial, alimentarse de otras culturas, fantasía y el uso de la sinestesia.

El cuento nos relata la breve historia de un caballero que solamente es uno más de los pasajeros en un tren. Él observa todo, describe lo que ve, el ambiente, los pasajeros y cómo se siente. Sus compañeros de asiento son dos personas robustas, lo cual no lo tiene muy contento. Sin embargo, de pronto llega una mujer, ella se sienta justo frente a él, es un poco excéntrica en su vestimenta, muy bella, se nota decaída y con ojos llorosos, pero a él le fascina. Comienza a pensar qué pasaría si le hablará e incluso cómo sería su vida con ella. Después de un rato, la señora le habla y le pide que por favor recoja un encargo en la siguiente estación por ella, y él acepta. Al llegar a la parada, el hombre recibe una canasta de alguien sospechoso, sube al tren y se la entrega a la mujer, después de recapitular sus pasos, comprende que en ella hay un bebé. El tren sigue su camino y al aproximarse un túnel la mujer le da un beso al bebé y lo avienta por la ventanilla. La dama no muestra sentimiento alguno y sonríe al ver el paisaje. Cuando el caballero llega a su destino se despide de la dama, pero al acercarse puede ver que ella se ha desmayado.

Sin duda, el personaje más enigmático para nosotras es la dama que sube al tren. Es una mujer extremadamente bella, muy joven y bastante excéntrica, viste muy elegante y tiene la apariencia de estar triste. En la siguiente cita: “Un velillo, moteado de lunares negros,… sus cabellos obscuros, de tono azulado y peinados de una manera extraña”, Ceballos nos da la imagen de una fémina elegante, pero al continuar con la lectura no sabemos si fue desalmada al tirar a un bebé por la ventanilla del tren o si tenía algún motivo lo suficientemente fuerte para hacerlo.

Por otro lado tenemos al narrador de nuestra historia, un joven común y corriente que experimenta desvíos rutinarios y travesuras mentales durante su trayecto en el tren. Tiene la mala fortuna de estar en aquel tren a determinada hora y de ser paralizado por una dama que lo cautiva completamente. El personaje no se define hasta que observamos como no reacciona ante el impresionante acto de la señora: “El estupor sumergió mi inteligencia en las atonías del idiotismo, pobló mi mente de macabras visiones…” , y nos deja pensando las razones por las cuales no reacciona. ¿Habrá sido por lo deleitado que estaba ante la belleza de la mujer o por

...