Lo Pequeño Es Hermoso

La obra del autor E. F. Schumacher. “lo pequeño es hermoso”, es un tratado de economía de lo más inusual, de amplio alcance. Presenta los temas de gran actualidad. Como la aparición del proceso de globalización. El gran problema de una sociedad distorsionada por el culto al crecimiento económico. El dilema de la energía nuclear. El agudo problema del desempleo y las perspectivas del socialismo. La problemática del desarrollo y las formas de organización y propiedad empresarial. En la parte primera el autor analiza la situación del mundo, En la segunda, hace un estudio de los principales recursos de los cuales se sirve la sociedad para desarrollarse. En la tercera, se hace una observación de la situación del tercer mundo, explicando los porqués de la situación. Y para terminar con la cuarta parte, habla sobre organización y propiedad.

Necesitamos una profunda reorientación de los objetivos de nuestra economía, y una visión del uso adecuado de los recursos humanos y naturales, se dirige al hombre común, de la calle. Utilizando la filosofía e Inspirándose en fuentes tan diversas como las Papales y budista.

La respuesta es tan simple como desconcertante, y no la vamos a encontrar en la ciencia o en la tecnología. Creo que hace falta un cambio de mentalidad para asegurarnos un futuro sostenible. La explotación irrespetuosa de los recursos naturales, contaminando ríos, borrando selvas, y la sustitución de bosques, esto no puede seguir así por más tiempo. Los gobiernos, aunque suene ilusorio, deberían ser los que creen el marco legal para un cambio hacia la sustentabilidad.

Los economistas ignoran la dependencia del hombre del mundo natural. Está considerado el auténtico artífice de la nueva economía, reclamando el papel del hombre y de la naturaleza en un sistema cada vez más ajeno a la realidad. Estamos intentando descifrar cómo construir economías en transición, a los cambios y ante la triple crisis en la que nos encontramos: económica, energética y climática, nos hemos resistido a admitir una realidad más profunda. El desarrollo de la producción y la adquisición de riqueza personal son los fines supremos del mundo moderno.

Cualquiera diría que está obra fue escrita ayer, o en la caída financiera, como eterno recordatorio de lo poco que hemos avanzado realmente en materia económica. Schumacher, quizás el primer economista-ecologista de nuestra era, nos da un mensaje profundo, advirtiéndonos a tiempo sobre los riesgos de una sociedad distorsionada por el culto al crecimiento desmedido y abogó por la necesidad de reorientar la economía para ponerla al servicio del hombre.

Lo poco que ha avanzado la economía convencional, pensando en la naturaleza como en un subsistema de la economía, cuando es exactamente al revés. Partimos todavía de una premisa equivocada; el crecimiento infinito en un planeta finito. Y eso nos está llevando a un crecimiento suicida que está provocando crisis tras crisis. Todas las soluciones que se aportan a primera vista parecen limitar la utilización de recursos, que tengamos que producir, crear las infraestructuras y solucionar los problemas, sólo creará problemas distintos, pero no soluciones. Y al final aparecen las tristes filosofías de quienes dicen defender un mañana para el hombre.

El objetivo debe ser, obtener el máximo de bienestar con el mínimo de consumo, el menor desgaste y en el menor tiempo. La economía moderna, por otra

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