Lo que es bueno y qué es malo

Es difícil explicar cómo es que se es ‘nice’. Simple y sencillamente por ser blanco, y venir de una familia muy destacada en donde todos somos así, tenemos amigos y conocidos ‘nice’, hasta en el trabajo. No cualquiera es ‘nice’, en todo caso sería un ‘nuevo rico’ que son aquellos morenitos, que pueden ser los del medio de los espectáculos o los futbolistas, que creen que por tener dinero estarán a nuestro nivel, pero están muy equivocados porque cuando intentan hablar con nosotros nada más no pueden, por no sostener una buena conversación provechosa. A cualquier lugar en donde vamos destacamos, sabemos cómo comportarnos, que palabras decir y cuando. En seguida, en cualquier lugar, cualquier persona puede distinguirnos en medio de todos, ¿acaso has visto a algún mesero blanco? ¿Un taxista blanco? En todo caso sería un güero de rancho, pero jamás un ‘nice’. Entiendo que muchas personas nos vean mal, nos critiquen y hasta nos odien por ser lo que somos, pero los entiendo, esta cañón ser pobre, y aunque digan que son feliz con lo que tienen, es mentira porque sólo lo dicen para estar bien y quedar bien consigo mismo. Somos demasiado ‘pedones’, nos encanta el chupe. Desde pequeños sabemos que sí no hay alcohol en algún evento sea el que sea, no se la pasa uno bien, y por más chafa y nefasto que sea algún evento con algún pomo se resuelve todo. Nos lucimos al comprar nuestras botellas de vino, no compramos de cualquiera, sabemos de cual. En la casa es muy importante tener una cantina, no una cantina pelada con frases y albures nacos y con cuadritos acá todos feos, ¡no! Nuestra cantina debe tener un estilo minimalista, algo discreto pero elegante, cómodo, en donde se pueda estar bien y platicar con las visitas y poder brindar bien. Cada vez que se invita a alguien a la casa, se le invita a pasar a la cantina y se le muestran las botellas que tenemos acompañadas por una plática de la historia de cuando adquirimos cada botella. Cuando no hay mucho de qué hablar, la cava es un buen tema de conversación, nos da como un poco de mundo y nos podemos lucir. Cada vez que tomamos, los ‘nice’ como yo estamos acostumbrados a llamarle a todo mundo para invitarlos a tomar unos tragos, algunos vienen otros no. Por lo que se pide uno se da cuenta que tan ‘nice’ es más uno que otro, a lo más común que le entramos es al Absolut, al Johnny Walker… de repente al Bacardi y a la Corona. Lo más horrible es pedir licores de sabores o combinaciones nacas como el cognac y la coca o las Medias de Seda, si una mujer toma cosas así, olvídate de su decencia. Lo más lamentable son los brandies con refresco, son de cuarta. En la comida somos demasiado ‘especialitos’, vaya no vamos a cualquier lugar. Jamás nos preocupamos por el precio de las cosas, ya estamos acostumbrados a lo caro, que es lo bueno. Nos damos el tiempo aprender lo bueno de la gastronomía italiana, francesa, española, alemana, polaca, tailandesa y la mexicana, nos da categoría. Nos gusta ir a los lugares de clase, en donde las personas ‘nice’ como nosotros van, por supuesto no falta nunca el coladito que va porque juntó para llevar a su mujer, que dizque van bien vestidos, pero luego luego se les nota la incomodidad al estar entre puro ‘nice’, pobrecitos. Nos encanta leer, pero vaya, no somos grandes lectores, realmente no tenemos mucho tiempo como para estar leyendo tanto. Sabemos de buenos escritores, buenas editoriales y por supuesto de buenas obras, con las que podemos ocupar como tema de conversación con nuestras amistades, eso nos da popularidad. No nos

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