Lobos

Por: Michael Stiven Castaño Guerrero  

                                               
                                              Lobos


Al pasar por un viejo hospital, me di cuenta de que a lo lejos unos jóvenes jugaban entre las camillas. Curioso me acerqué para mirarlos mejor. Eran rebeldes  en alguna clase de reunión, tenían calderas en fogatas y un poco de comida , y todos cantaban alrededor de la más grande, bebían , saltaban, parecían como si se les fuera salido una tuerca . De pronto todos pararon  y comenzaron a gritar. Yo los miraba desde una distancia considerable, escondido entre unos árboles. Comenzaron a pelearse entre ellos, cual si fueran enemigos auténticos. Al ver lo que estaba pasando  decidí grabar toda esa divertida comedia. Pero uno de ellos se dio cuenta de mi presencia y corrió hacia mí, yo comencé a reírme por lo cómico que me pareció un muchacho a gatas mordisqueando mis zapatos.  Pero una mordida paró mi risa, instintivamente le di una patada, mandándolo a volar. Los aullidos del chavo, llamaron la atención de la manada, quienes prestos acudieron a su auxilio. Ninguno hablaba, solo lo lamían del rostro parecían perros. Luego todas las miradas se tornaron hacía mí.

Yo traté de dialogar con ellos pero ninguno hablaba solo se comportaban como animales. De pronto una mujer que llevaba una negra y peluda piel en el cuello, dio un agudísimo aullido en lo cual me asuste, Tras el cual todos comenzaron a perseguirme en cuatro patas. Yo corrí con todas mis fuerzas hacía el bosque. Al voltear para ver si me seguían, me di cuenta de que una autentica manada de lobos me perseguía. Al parecer se habían acabado de transformar en animales, yo no alcanzaba a entender cómo. Tal vez la magia si existía, o tal vez los súper poderes y ellos los controlaban, o habían tomado alguna clase de droga para que mutaran .

Con las pocas fuerzas que me quedaban me trepé a un árbol. En la copa no me pudieron atrapar. Allí me quedé toda la noche, viendo a los lobos saltar una y otra vez para morderme y tirarme. Comencé a quedar dormido, cuando termino de salir el sol y ya no escuché movimientos,  aullidos o ladridos me decidí a bajar. A los pies del árbol estaban varios jovencitos vestidos de negro, con sus ropas rasgadas y manchadas por el barro, el pasto y la sangre de unos y otros. En la boca de uno de ellos, un trozo de mi pantalón.

Sigilosamente los pasé, al pasar junto al enterrador este me miro divertido y me dijo que nunca olvidase no meterme en lo que no me importaba, ya que la curiosidad si podía matarme. regrese a casa, y lo primero que hice fue contarles todo a mis familiares, pero ellos solo me tildaron de ebrio y me echaron hasta la noche por disque mentiroso.

Sentí que temblaba y sudaba cuando de repente termine en mi cuarto asustado , todo se trataba de una simple pesadilla.

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