Los Años Con Laura Diaz

Los Años con Laura Díaz

Reporte de Lectura

Carlos Fuentes

El libro que leí este mes no lo he elegido yo, fue una tarea de la materia y he matado dos pájaros de un tiro como coloquialmente se dice.

Primeramente quiero iniciar con una breve biografía del autor de este libro el gran escritor y líder en opinión mientras vivió. Para mi es una de las personas que admiro.

Carlos Fuentes nació de padres mexicanos en Panamá, debido a que su padre era un diplomático de carrera. Tuvo una niñez cosmopolita y estuvo inmerso en un ambiente de intensa actividad intelectual.

Pasó su infancia en diversas capitales de América: Montevideo, Río de Janeiro, Washington D.C, Santiago de Chile, Quito y Buenos Aires, ciudad a la que su padre llega en 1934 como consejero de la embajada de México. Los veranos los pasó en la Ciudad de México, estudiando en escuelas para no perder el idioma y para aprender la historia de su país. Vivió en Santiago de Chile (1941-1943) y Buenos Aires en donde recibió la influencia de notables personalidades de la esfera cultural americana.

A los 16 años se estableció en la ciudad de México y cursó el bachillerato en el Colegio México. Se inició como periodista colaborador de la revista Hoy y obtuvo el primer lugar del concurso literario del Colegio Francés Morelos (hoy Centro Universitario México).

Fue Licenciado en leyes por la Universidad Nacional Autónoma de México, y se doctoró en el Instituto de Estudios Internacionales de Ginebra, Suiza. Su vida estuvo marcada por constantes viajes y estancias en el extranjero, sin perder nunca la base y plataforma cultural mexicanas.

Fue uno de los escritores más importantes de todos los tiempos en el conjunto de la literatura de su país. Figura dominante en el panorama nacional del siglo XX por su cuidadosa exploración de México y lo mexicano, a través de una obra extensa y que se servía de un lenguaje audaz y novedoso capaz de incorporar neologismos, crudezas coloquiales y palabras extranjeras, su propuesta se sumergió en el inconsciente personal y en el colectivo, y trasladó con vigor a las letras mexicanas los mejores recursos de las vanguardias europeas.

Una mujer, muchos años, una revolución decepcionante, los ricos en decadencia y los nuevos poderoso en surgimientos. Así quiero iniciar este comentario sobre una novela del gran escritor mexicano Carlos Fuentes, "Los Años Con Laura Díaz". Una novela que nos relata la historia de una mujer y su búsqueda entre el pasado y el presente, una mujer que gozó de todos los placeres pero que volvió herida a su hogar, una familia que cuenta la decadencia del siglo XX, de un México que añora el pasado, de presidentes militares, políticos corruptos, un mito hecho realidad, en una América de venas abiertas al mundo, de heridas profundas, de seres que buscamos el amor y nos aferramos a la nostalgia del pasado sin poder vivir el futuro. Recorrer esta novela con Laura es caminar hacia cada uno de los hechos que hubo en todo México durante el siglo XX.

Los años con Laura Díaz habla de sucesos ocurridos a través de la historia relatados en el transcurso de la vida de Laura Díaz.

La historia inicia en Detroit con un joven que se desplaza hasta esa ciudad para hablar de los muralistas mexicanos, murales que sobre todo el de Detroit de Diego Rivera el cual tiene plasmado el rostro de Laura Díaz, de igual manera nos describe muy bien el mural, busca ver que es lo que veía Diego Rivera en el y se percatan que los rostros norteamericanos eran anónimos. Enmascarados. Como ellos nos ven a los mexicanos, así los vio Rivera a ellos. De espaldas. Anónimos.

Algo que relataba aquí que mas que nada es un consejo decía que: Un mural sólo en apariencia se deja ver de un golpe. En realidad, sus secretos requieren una

mirada larga y paciente, un recorrido que no se agote, siquiera, en el espacio del mural, sino que lo extienda a cuantos lo prolongan. Inevitablemente, el mural posee un contexto que eterniza la mirada de las figuras y la del espectador.

tienen un trasfondo y para entender el por que y que hace ahí su imagen hay que comenzar por relatar quien es ella.

Todo comienza en Catemaco con los abuelos Kelsen, Felipe y Cosima originarios de Alemania y que llegaron a México para instalarse en Veracruz y consolidar un negocio y una familia formada por sus tres hijas Hilda, Virginia y Leticia las cuales se criaron con costumbres y tradiciones mexicanas, Hilda orientada a la música, Virginia a la literatura y Leticia a cuidar de su hija Laura Díaz.

Laura creció entre relatos del abuelo Felipe, el silencio de la abuela Cosima, el piano de la tía Hilda, los poemas y escritos de la tía Virginia y los olores característicos de la comida de su madre Leticia, esto fue lo que marco su infancia y que la acompañaron a lo largo de su vida los olores del puerto las imágenes tan únicas de la vegetación y las historias y anécdotas de cada una de las personas que pasaron por su vida. La historia que es mayormente mencionada en este capitulo es la de la abuela que hizo un viaje a la ciudad de México para comprar muebles y adornar su casa en Veracruz, sin embargo en medio del viaje se encontraron con unos bandidos de la época, entre ellos un viejo miembro del ejercito vulgarmente llamado “El Guapo de Papantla”, el cual cuando vio la mano que se asomaba del carruaje de la abuela Cosima y dijo, deme los anillos, sin embargo Cosima dijo que no, ya que eran los anillos de sus bodas y compromisos, a lo que el “Guapo de Papantla” en su postura de bandido saco el machete y corto los 4 dedos de Cosima. Cosima después le dijo que si se le ofrecía algo mas, y tales palabras conquistaron y enamoraron al “Guapo de Papantla” Pues ambos conocían lo que era el honor.

El querer forjarse su propio destino y no repetir ninguna historia que ya conociera, superar obstáculos y prejuicios propios de la época la condujeron a lograr su libertad y realización personal y profesional que tanto busco a lo largo de los años.

Así fueron corriendo los años en la novela, con una deliciosa forma de adentrarse en los relatos. Laura Díaz aparece desde muy niña. Transcurrió su vida y en cada capítulo describe sus anhelos, sus progresos, sus sentimientos, sus incógnitas, sus deseos, sus inquietudes, sus cuestionamientos. Transitando por las tradiciones veracruzanas de socialización y de vida en familia.

Laura Díaz fue una espectadora incansable de las vivencias y de los acontecimientos

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