Los Pasos de Lopez

Resumen:

Cap. 1: Inicia ésta historia con la narración de Periñón, cuenta que él recibió una beca para estudiar en Salamanca, como era pobre, algunas personas le cooperaron los gastos del viaje, pero Periñón, seducido en el “juego”, ni se presentó en la Universidad y lo perdió todo. Regresó a Veracruz como pudo y se quedó en “Ajetreo” (pueblo que siempre defendió).                                                                                                       Es en ésta parte donde empieza a narrar Matías Chandón, cuenta que ha visto tres veces a  Periñón en distintas y casuales ocasiones a través de su viaje con el presbítero Concha, el padre Pinole, y el licenciado Manubrio. Todos estos iban hacia “Cañada”; Matías iba a Cañada puesto que en ese lugar se estaba formando un batallón provisional y estaba la vacante la plaza de comandante de la batería y jefe de artilleros. Él tenía que presentarse a hacer pruebas para quedarse con el puesto, Matías llegaría con los corregidores de Aquino en la casa de la Loma.                                                                                                                                                        A través del viaje se iban hospedando en lugares donde los cuatro se iban conociendo cada vez más. Una noche el Lic. Manubrio le contó a Matías una historia sobre una conspiración con la intención de que Matías conociese el terreno que pisaba.    

Cap. 2: Matías llega a la casa de la Loma y ve a Diego (corregidor), a Carmelita (corregidora) y a su molesto perro.                                                                                                                                                        Mientras los tres caminan hacia el mirador, Diego le menciona a Matías que viene muy bien recomendado por Paco Pórtico (amigo de Matías). Una vez que le asignaron un cuatro a Matías, fueron hacia el mirador con Carmelita, allí le muestra el pueblo que estaba cuesta debajo de la casa de la Loma, después fueron a comer los tres. Entre la conversación confunden a Matías Chandón con la familia Mejillón Chambón, Condes de Casaplana y Matías confiesa que no es de familia distinguida.                                                                                       Continua la conversación con preguntas hacia Matías, pero en una de esas preguntas “sale” el nombre de Iturribarri y Diego se empezó a ensombrecer, empezó a temblar, Carmelita le explicó a Matías (posteriormente) una anécdota del por qué Diego se ponía así al escuchar ese nombre, era puesto que a través de rumores se decía, que el corregidor Diego había robado mucho dinero y el virrey Iturribarri lo había citado, pero gracias a amigos de los corregidores todo regresó a la normalidad.                                                                         Ésta conversación entre Matías y Carmelita había sucedido en una huerta, en un quiosco de la parte más elevada, estaban ellos solos y pasó algo que a los dos los confundió, Matías había tomado sus manos y besó su palma. Regresaron a la casa y Carmelita le mencionó a Matías que no debía repetirse lo sucedido en el quiosco.        

Cap. 3: Despertaba Matías en su cuarto de la casa de la Loma y de repente Diego entró descortésmente, le dijo a Matías que se arreglara puesto que tenía que presentarle a algunas personas, Matías rápidamente se arregló y bajó, se encontró con Carmelita cantando, un hombre tocando el piano (que posteriormente lo conocería como el capitán Ontananza), un hombre tocando la mandolina (que lo conocería como Periñón), el presbítero Concha, el corregidor Diego y un señor hojeando un libro (que lo conocería como Aldaco). Después de terminar de cantar y tocar, todos se presentaron con Matías y Diego le hace saber a Matías que Ontananza y Aldaco serán miembros del jurado de las pruebas a realizar.                                                                                                     En una conversación con todos los de la sala, le preguntas a Matías distintas cosas, como por ejemplo: si había participado en un consejo de guerra; si defendió al oficial Serrano al decir cosas que no debía decir sobre el país; como fue la vez que protestó ente la intendencia del cantón (porque en una promoción se dio ascenso a un español cuando un mexicano tenía mayor antigüedad); y la pregunta que más intrigó a todos fue la de el presbítero Concha mencionándole al Lic. Manubrio, que le había platicado cuando se habían quedado solos, Matías respondió que le había platicado sobre la conspiración de Huetámaro, el presbítero Concha le hizo la pregunta con más intriga, decía si conocía quién fue el delatador de esa conspiración, pero Matías no lo sabía. Toda la “sala” se desanimó. Después de la larga charla, fueron a la cava y todos se preguntaban en dónde estaba el presbítero Concha (puesto que nadie lo veía), hasta que Ontananza se percató que se había caído por los soponcios que le daban.   

Cap. 4: Al día siguiente en el desayuno, Diego le menciona a Matías que ni el coronel ni el mayor deben darse cuenta de que son amigos, así que le recomienda irse temprano para no llegar juntos a las pruebas, antes de Ontananza, Aldaco y los demás, Matías asienta y se va. Legando al cuartel, Matías se encontró con dos oficiales aspirantes al puesto, uno era Pablo Berreteaga y Pepe Caramelo. Los jueces oficiales eran Adarviles (capitán), Trujano (mayor) y Bermejillo (coronel), mencionaron que eran siete las pruebas. Para la prueba de destreza con arma blanca a Matías no le fue del todo bien, después le siguieron algunas preguntas las cuales sus respectivas respuestas Matías las contesto bien, y otras las inventaba, posteriormente hubo un cuestionario escrito, en el cual Diego le pasó las respuestas, la siguiente prueba era de cabalgar, desafortunadamente a Matías le tocó un caballo que le tenía miedo a las zanjas y no las saltaba; a la mitad de la prueba el caballo no saltó una zanja e hizo que cayera Matías, desgraciadamente Aldaco (juez) tuvo que poner  “incompleto”, para la siguiente prueba Matías tuvo mejor suerte, le tocó (al azar) uno de los mejores caballos, la prueba era “lectura de mapas”, pero Matías leyó mal el mapa y se perdió. Para la última prueba tenían que disparar un cañón a un punto cuesta abajo,  a Matías le tocó ser el primero, llegaron los cabos a cargar el cañón pero a consejo de Periñón (que venía con la corregidora) Matías le dijo al cabo que descara la pieza y la volviese a cargar como le fuese diciendo, puesto que los cabos le ponían al cañón adobe. Hecho esto Matías estaba listo, apuntó y disparó, afortunadamente fue un tiro al blanco. Matías observaba el disparo de los otros oficiales, que no les fue tan bien como al él. Posteriormente los tres candidatos al puesto, esperaban la respuesta de los jueces, los jueces tardaron un rato y dijeron que el “ganador” era Matías Chandón, el aceptó el cargo.

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