Los molinos de viento los gigantes de la Mancha.
Enviado por jose miguel molero noriega • 1 de Febrero de 2017 • Informe • 361 Palabras (2 Páginas) • 226 Visitas
Los molinos de viento los gigantes de la Mancha
Personajes
Don Quijote: Eliana
Sancho Panza: Génesis
Aranza: Molinos/Caballo
Darlenys:Molinos/Burro
Don Quijote una vez esta acompañado de Sancho Panza, decide salir a explorar una vez más el mundo lleno de aventuras que le esperan.
Don Quijote: ¡Mira Sancho contempla lo que tenemos ahí delante, la aventura nos guía más de lo que acertáramos a desear Sancho! ¡Porque ves allí amigo a más de 30 deszafrados gigantes! Ahora mismo pienso en entrar en batalla con ellos y quitarles las vidas para enriquecernos con su despojos.
Sancho: Muy bien señor, muy bien pero ¿A qué gigantes se refiere?
Don Q uijote: Aquellos que vez allá querido amigo, aquellos cuya soberbia es mayor que su estatura, y que agitan los cielos levantando una tempestad de viento y furor
*SALE caminando a mirar los molinos *
Sancho: Que no son gigantes, los que parecen brazos son las astas, SEÑOR!!
Don Quijote: Calla Sancho, tan solo míralos, *se monta en el caballo*
Sancho: Señor son molinos.
Don Quijote: Si tienes miedo quédate aquí y ponte a rezar
Sancho: No es miedo señor, sólo que tan solo vea bien son molinos, no gigantes..
Don Quijote: Son gigantes, ¡AUNQUE SEAN 30 CONTRA MI, SERA UN CABALLERO LOS QUE LOS ACOMETE!
*Sancho con cara de preocupación por la locura de Don Quijote*
*Don Quijote choca con el molino y cae al suelo parece muerto *
Sancho: *le abre la armadura a don quijote* Señor ya le dije que mirase bien lo que hacía, no quiso escucharme
Don Quijote: Calla Sancho Calla.*exaltando los ojos y con cara de trauma* ¿Sabes lo que pienso? que el malvado fresto ¡QUEDAS AVISADO FRESTON CONTRA LA BONDAD DE MI ESPADA!
Don Quijote ve gigantes sin duda. Gigantes que amenazaban a los vecinos de aquel lugar. Loco o cuerdo, que más da, don Quijote nos demuestra su valentía y compromiso con los valores que él mismo quiso aceptar al hacerse caballero andante. No le importaron su número, él solo entendía que debía entrar en batalla contra ellos y derrotarlos, por considerarlos “mala simiente sobre la faz de la tierra” y causantes de las no pocas desdichas que en aquella época asolaban a la humilde sociedad manchega.
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