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Los norteamericanos llaman a México


Enviado por   •  12 de Octubre de 2011  •  Trabajo  •  1.543 Palabras (7 Páginas)  •  640 Visitas

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CAPITULO I: LOS ESCLAVOS DE YUCATÀN

Los norteamericanos llaman a México “nuestra república hermana”, república muy parecida a ellos o eso es lo que creen, pero el verdadero México es un país con una Constitución y leyes escritas tan justas en general y democráticas como las de Estados Unidos; pero donde ni la Constitución ni las leyes se cumplen. Es un país sin libertad política, sin libertad de palabra, sin prensa libre, sin elecciones libres, sin sistema judicial, sin partidos políticos, sin alguna garantía individual y sin libertad para conseguir la felicidad. Durante más de una generación no ha habido lucha electoral para ocupar la Presidencia, el Poder Ejecutivo lo gobierna todo por medio de un ejército permanente. Es una tierra donde la gente es pobre porque no tiene derechos, donde el peonaje es común para las grandes masas y donde existe esclavitud, no adora a su Presidente.

Los esclavistas se dedicaban a comprar o engañar a los visitantes, así se les llenaba la cabeza de falsedades y se les conducía por una ruta preparada para que no conocieran la verdad y vieran que los esclavos no eran tales.

Los hacendados no llaman esclavos a sus trabajadores, se refieren a ellos como “obreros”, especialmente cuando hablan con forasteros. La esclavitud encontrada en Yucatán es aquella en la que la propiedad sobre el cuerpo de un hombre es absoluta y puede ser transferido a otro; propiedad que da al poseedor el derecho de aprovechar lo que produzca, matarlo de hambre, castigarlo, asesinarlo, etc. Los hacendados yucatecos no llaman esclavitud a su sistema, lo llaman servicio forzoso por deudas. Los siervos no tienen la oportunidad de pagar con su trabajo el precio de su libertad.

Los prestamistas y corredores de esclavos de Mérida llevan su negocio en silencio y se aprovechan de todos a los que pueden engañar para convertirlos en esclavos por diversas formas. Entre los esclavos de Yucatán hay 10 mayas por cada yaqui, los primeros mueren en su tierra, pero los yaquis son desterrados y separados de toda su familia.

CAPITULO II: EL EXTREMINIO DE LOS YAQUIS

Se nos habla de los yaquis de Sonora, quienes por una radical orden del presidente Porfirio Díaz eran deportados a Yucatán. Cada mes cientos de familias eran recogidas para ser enviadas al exilio y nadie sabía qué era de ellas después.

Los yaquis eran personas sumamente trabajadoras y pacíficas y formaban parte de la nación mexicana hasta que fueron incitados por el gobierno, al querer quitarles su tierras, a tomar las armas. Esta guerra fue larga y terrible, muriendo en ella miles de personas; a su término los yaquis que se habían rendido recibieron territorios en el norte de la República, resultando ser una zona desierta y uno de los lugares más inhóspitos de América, por lo que se vieron obligados a mezclarse con pueblos cercanos perdiendo así parte de la tribu yaqui su identidad. Son estos yaquis pacíficos a los que se aprehende y se deporta a Yucatán, siendo vendidos en ese lugar y apropiàndose las autoridades del gobierno del estado de Sonora todos sus bienes, resultando estos yaquis una gran inversión.

CAPITULO III: EN LA RUTA DEL EXILIO

Los yaquis que se dirigen a Yucatán, al llegar al puerto de Guaymas abordan un barco de guerra del Gobierno hasta el puerto de San Blas. Después de cuatro o cinco días de travesía, desembarcan y son conducidos a pie a través de una de las sierras más abruptas de México, desde San Blas a Tepic y desde Tepic a San Marcos, de quince a veinte días de viaje.

Durante el camino se desintegran las familias, a las mujeres se les quitan a sus maridos y a sus hijos y se les dan hijos de extraños y cuando ya los empiezan a querer también se los llevan.

Para el general encargado del destierro todos son yaquis, no hace distinción si se es de tez oscura y viste diferente, no investiga ni hace preguntas..., los detiene a todos.

Muchos de los yaquis capturados mueren en el camino y por lo menos dos tercios de los que sobreviven mueren en los primeros doce meses de trabajo.

Los desterrados yaquis son enviados a las fincas henequeneras como esclavos, se les trata como muebles; son comprados y vendidos, no reciben jornales, los alimentan con tortilla, frijoles y pescado podrido; a veces son azotados hasta morir, se les obliga a trabajar desde la madrugada hasta al anochecer. A los hombres se les encierra durante toda la noche y a las mujeres se les obliga a casarse con chinos o con mayas. Se les caza cuando escapan. A las familias desintegradas no se les permite que vuelvan

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