Marco Teorico De La Educacion Para El Trabajo
Enviado por miledysguerra • 17 de Marzo de 2012 • 2.093 Palabras (9 Páginas) • 983 Visitas
MARCO TEORICO DE EDUCACIÓN PARA EL TRABAJO
A nadie escapa que el problema relativo a la importancia de la Educación para el trabajo en la
vida del país trasciende de la connotación meramente económica. El trabajo, entendido como la
más importante de las actividades humanas, responde no solo a vitales necesidades de
subsistencia, sino también de sociabilidad, de expresión del hombre y de autorrealización
personal y profesional.
La Educación para el Trabajo fundamentada en una visión integradora del trabajó, patentiza lo
económico pero sobre todo, se refiere a las necesidades de modelar un comportamiento colectivo
que permita en breve plazo contar con una juventud dispuesta a brindarse con entereza a la
construcción de un gran país.
Conformar el marco teórico de esta área del conocimiento exige ser reflexivamente crítico en
torno a las conveniencias nacionales, estar ubicado en cuanto a su prospección en el tiempo y a
no descuidar su viabilidad en términos de presente.
Vale la pena, ahondar en las raíces teóricas de esta Educación para el Trabajo, con el propósito
de conocer las motivaciones de fondo que sustentan de manera integral y ecléctica de esta área y
que se presenta como un ideal, una utopía que es al mismo tiempo reflejo de realidades
existentes, esperanza de un futuro mejor y fuente generadora de acciones que conduzcan a una
auténtica renovación en su ámbito.
I. DIMENSION ANTROPOLOGICA DE LA EDUCACION PARA EL TRABAJO
El trabajo constituye una experiencia fundamental de la experiencia humana. Ha producido
éxitos y fracasos pero, sobre todo a modelado las personas y la sociedad, en su carácter externo
sino con mayor énfasis en su carácter interno, íntimo, donde el hombre elabora el sentido de la
existencia.
En torno al trabajo se asumen fuerzas diversas que con variadas intenciones concurren en el
mejor de los casos, a una visión plena y a un desarrollo total de sus potencialidades.
Un aspecto que surge con fuerza de la historia es que el trabajo ha pasado de fenómeno
individual en función del propio sustento a la categoría de "cultura". No sólo porque los
trabajadores han desarrollado una conciencia colectiva que se expresa en movimientos, acciones
y hechos que tienden a crear una sociedad diversa en la cual se destaca la solidaridad, la
humanización del trabajo, el protagonismo del pueblo como conjunto que forman comunidad
política, sino sobre todo porque el trabajo ha permitido nacer nuevos modelos culturales:
conocimientos renovadores, áreas de desarrollo personal, actitudes ante la vida y
comportamientos sociales, ideales comunes, praxis política. Todo esto ha originado una forma de
convivencia en que la creación y la actividad productiva es el norte del ser humano, crea energía
social fundamentado en una solidaridad universal por encima de fronteras nacionales, es factor
de humanización y lugar de encuentro de integración.
En el mundo del trabajo predomina hoy una interpretación de la realidad histórica basada en la
"pretensión" del hombre de existir sobre la base de su propio juicio, de la propia fuerza y de la
propia responsabilidad. Guardini (1.968; 160), al respecto dice: "El hombre ha tomado sobre sus
hombros la empresa de existir absolutamente, sin ser el mismo absoluto".
Sobre esta ideología del hombre-praxis, el trabajador queda reducido a simple engranaje de los
cambios socio-económicos.
En la perspectiva de la concepción humanista, se hace indispensable la relación entre Educación
y trabajo, ya que es a través del trabajo que el ser humano proyecta a su ser, como persona, sus
sentimientos. El trabajó no es un apéndice del hombre, es su forma de ser y de vivir; con el
trabajo se realiza como persona. Valcarcer (1.973; 285) ratifica la posición al expresar: "El
trabajo es una expresión vital y al mismo tiempo una manera de leer la propia vida".
El trabajo es pues un componente fundamental del entero proceso formativo.
La Educación para el Trabajo busca, asegurar en el futuro una progresiva toma de conciencia de
su propia identidad personal y de sus propias capacidades, una progresiva conciencia critica de
las conquistas de la civilización tecnológica, una creciente adaptación de las necesidades
cognoscitivas y operativas de las personas a las exigencias de profesionalización del propio
entorno socio-cultural, una mejor adaptación en la vida en sociedad, un desarrollo de habilidades
que faciliten la comprensión del proceso productivo en su compleja articulación con los cambios
sociales.
Desde este punto de vista la Educación para el trabajo no busca tanto la calidad de la actividad
laboral productiva, sino fundamentalmente la calidad del hombre que produce o mejor aún del
proceso a través del cual, el hombre con su trabajo construye su propio proyecto de vida, expresa
su identidad de sujeto responsable y se comunica en cierta manera a si mismo como sujeto.
Pero una visión antropológica de la Educación para el Trabajo no puede dejar de considerar al
hombre como "un ser organizado en el tiempo y en el espacio que su conciencia intencionada
capta y trasciende". Es decir un ser histórico, que se realiza a través de la transformación del
mundo, de la praxis.
Esta condición histórica del hombre hace que la Educación para el trabajo, sea considerada como
esfuerzo constante de recreación y transformación del mundo, como proceso creador que lleva
implícito un compromiso con la transformación y humanización de la sociedad.
II. DIMENSION PSICO-SOCIAL DE LA EDUCACION PARA EL TRABAJO
Al principio el hombre asignaba un valor negativo al trabajo. Luego en la edad media, el trabajo
asumió valores positivos, la productividad alcanzó una condición digna y llegó incluso a
convertirse en una obligación moral.
El cambio fundamental de actitud hacia el trabajo comenzó con la Revolución Industrial (siglo
XVIII), introdujo cambios radicales en la naturaleza de las funciones laborales dentro de la
familia. Es allí cuando se cimenta la idea de que el trabajo no es solo útil, necesario para la
subsistencia, sino que se piensa -de acuerdo a los avances de la psicología- que el trabajo lo
conforman un conjunto de experiencias y una serie de tareas que han de realizarse para obtener
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