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Martes Con Mi Viejo Profesor


Enviado por   •  30 de Noviembre de 2014  •  1.119 Palabras (5 Páginas)  •  336 Visitas

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“Martes con mi viejo Profesor”

Introducción

“Martes con mi viejo profesor” es una autobiografía escrita por Mitch Albom, tras terminar la carrera, se distancia de toda la gente que durante sus años de estudiante había conocido y en especial de un profesor que había significado mucho en su vida. Tras varios años sin saber nada de él, se encuentra en un programa de televisión a Morrie Schwartz, su antiguo profesor. La sorpresa para Mitch es que Morrie estaba contando su enfermedad la cual le estaba consumiendo poco a poco, Morrie sufría ELA. A partir de ese momento Mitch decidió trasladarse a West Newton a casa de su viejo profesor al cual no había visto en dieciséis años. Mitch al llegar a casa de Morrie tenía serias dudas sobre si estaba preparado para esa reunión, tras el impacto que sufrió Mitch al ver a Morrie comenzaron a hablar y éste le preguntó haber si sabía que se estaba muriendo, Mitch le dijo que sí. A partir de aquí empezó una nueva asignatura ya que Morrie decidió contarle a Mitch como es morirse. Ellos quedaban los martes para intercambiar ideas y reflexionar sobre temas diversos como el dinero, la muerte, la familia, las emociones, el miedo a la vejez, el perdón o el matrimonio entre otros. Cada martes que Mitch llega a casa de Morrie ve como se va consumiendo y se va muriendo poco a poco. Un martes cuando Morrie ve que la batalla está perdida se despiden y a los pocos días muere. El libro presenta al final una conclusión en la que yo resaltaría aquello que Mitch aprendió de Morrie que nunca nada es “demasiado tarde”.

Desarrollo

¿Voy a consumirme y a desaparecer, o voy a sacar el mejor partido posible del tiempo que me queda?

Morris sabía que la ELA lo iba a acabar consumiendo, que esas noches en la iglesia de la plaza Harvard se habían agotado, no más baile, pronto iba a necesitar utilizar un bastón, y más tarde una silla de ruedas. Pero para este viejo profesor ELA no representaba nada más que el último capítulo de su vida, él no solo quería consumirse y desaparecer, si no sacar el mejor partido posible del tiempo que le quedaba, para él su muerte era un proyecto final que sería el centro de sus días.

Creo que el autor trata de reflejar que no se puede pretender obtener una respuesta transparente acerca de nuestro sufrimiento con la muerte, cuando se habla del sentido del sufrimiento. Si alcanzáramos tal tipo de respuesta y siempre debe de haber un momento de comprensión y es ahí cuando debemos de aceptar que nuestro ser querido ha finalizado su etapa de vida y que ahora debe continuar su viaje. Agradecer el tiempo que hemos pasado a su lado y no alimentar ese clima de dolor y tristeza, a la vez es una consciencia muy difícil de lograr pero no podemos aferrarnos a lo que pasó debemos continuar con nuestra vida y siempre recordarlo con las buenas cosas que dejó.

Nuestra reflexión acerca de nuestra muerte es que el cuerpo no es más que una cárcel para el alma, son dos realidades distintas, las cuales en conjunto proporcionan el pleno desarrollo del ser humano. El cuerpo es lo que permite “ser” con los demás, comunicarme, realizarme en el mundo. Los sociólogos, como Morris saben que “Yo no puedo pensar sin ser, ni ser sin

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