McMafia, El Crimen Sin Fronteras

Misha Glenny nos conduce mediante este libro en un viaje por el mundo de la mano del crimen organizado.

Comenzamos el camino en Europa del este, en la antigua Yugoslavia, cuando la caída del muro fructificó la proliferación del crimen organizado basado en la antigua estructura comunista. La desaparición de una estructura férrea del Estado hizo que, por ejemplo, empleados públicos como parte de las fuerzas de seguridad del Estado se vieran en la calle, al no ser necesarios ya para mantener el “orden” impuesto por el Partido Comunista.

Así, muchos de los ex policías crearon “empresas” de seguridad, o más bien, formaron bandas de crimen organizado que extorsionaban a empresarios y les ofrecían sus servicios de “protección” en un mundo demasiado inestable.

Pero los que más se enriquecieron con la caída del comunismo fueron los antiguos miembros del partido, reconvertidos ahora en defensores del libre comercio. Desde el poder lideraron una transición beneficiosa para ellos y supieron suplir las deficiencias de un cambio hecho con prisas y al traspiés.

Entre estas figuras destacan nombres como el del búlgaro estadounidense Ilya Pavlov, el serbio Arkan (muy recordado por su fotografía con una pequeña cría de tigre), los rusos Mikhailov y Mogilevic y el ucraniano Karabas. Todos ellos con conexiones políticas muy importantes. Incluso en Montenegro, su presidente, Milo Djukanovic, fue acusado de traficar con tabaco, cosa que era verdad, pues aprovechó su situación geográfica para que su país, durante los años más difíciles para Europa del Este con la guerra de los Balcanes pudiese sobrevivir.

Así, la principal conclusión a la que nos lleva el libre es la total connivencia del poder con el crimen organizado, y su globalización a partir de la caída del comunismo.

Porque la siguiente parada en el camino, después de visitar toda Europa del Este, incluida Rusia, es Israel. En éste país recalaron multitud de rusos que se nacionalizaron como judíos, y trasladaron sus negocios a este próspero país que contaba con la ayuda de la UE y de EEUU. Además de las facilidades económicas que da un nuevo Estado, el problema palestino jugaba en favor de las mafias, pues desviaba toda la atención del Estado hacia este sector. Así, el autor nos cuenta como era habitual para los jóvenes judíos viajar a Israel y visitar los prostíbulos, llenos de jóvenes de Europa del Este engañadas para ir a trabajar allí y transportadas, vejadas y violadas la mayoría de las veces por los beduinos.

Continúa el libro con un viaje hacia el este, con India como siguiente destino. Hasta aquí llegaron también los tentáculos de las mafias del este, pero además los propios indios se internaron en una guerra sangrienta entre bandas que hizo que algunos de los líderes se tuvieran que trasladar a los Emiratos Árabes Unidos.

Aquí encontramos gran capacidad de maniobra de los grandes “capos” de las mafias de los países anteriormente citados. Con una absoluta falta de transparencia bancaria y grandes exenciones fiscales, pronto se llenó de jefes del crimen organizado, que vivian en grandes mansiones. Así, comenzaron a crecer los estados, se dejó comprar casas a los extranjeros, con lo que

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