Memorias de mis putas tristes.Gabriel García Márquez

Espinoza Lupercio Itzel Anahí

21 marzo 2017

Resumen Memoria de mis putas tristes.

Gabriel García Márquez.

La historia tiene comienzo con un longevo periodista que, al cumplir 90 años de vida, decide celebrar su aniversario con un regalo muy especial, una niña virgen de 14 años. Para obtenerla recurre a su antigua conocida, Rosa Cabarcas, dueña de un prostíbulo que frecuentó durante muchos años. La mujer se sorprendió de la llamada pues tenían aproximadamente veinte años sin saber uno del otro, bien pudieron haber muerto, ella le dijo que era muy apresurada su encargo pero que así era más emocionante y más tarde le llamaba.

Mientras esperaba la llamada de Rosa con buenas noticias sobre el “regalo”, el anciano empieza a contar acerca de su vida, cuenta que sobrevive gracias a un trabajo de columnista, su único objetivo es traducir un programa de radio a lengua indígena, también se describe como un hombre feo, tímido y anacrónico.

Después de unas horas, Rosa devuelve la llamada dando la noticia de haber encontrado a alguien con las exigencias antes solicitadas por el columnista y le dice a dónde debe llegar para su encuentro con la niña. Cuando llega la encuentra totalmente desnuda, sudando, acostada sobre la cama.

Después de verla, el anciano recordó que Rosa Cabarcas le había dicho que estaba nerviosa y que la tratara con cuidado pues era su primera vez, con ese pensamiento, decide no tocarla y únicamente se dedica a contemplarla y a dormir con ella.

Al otro día el anciano vuelve a llamar a su vieja amiga para tener un nuevo encuentro, Rosa se molestó con él pues le dijo que la niña le había dicho que ni siquiera la había tocado y eso era una burla para cualquier mujer pues es como un desaire el anciano le dijo que la niña estaba profundamente dormida y ella le explico que la niña trabajaba mucho para mantener a su familia y ese día había trabajado mucho pegando botones, esa noche el anciano dudaba de acostarse o no con la niña, aunque la niña lo ignoraba, él empezaba a enamorarse de ella.

Comentándole a Rosa acerca de esta situación, ella empieza a burlarse de él, decía que ése no era el antiguo columnista que había conocido, se preguntaba dónde había quedado aquél hombre que se acostó con más de 50 mujeres a lo largo de su vida, y a decir verdad, él las había contado por algún tiempo pero a cierta edad perdido la cuenta, también dice que tan solo se involucraba con ellas en una ocasión, pero ante la burla de Rosa Cabarcas acerca de su enamoramiento él no sabía qué decir, así que sólo comentó: “me estoy haciendo viejo”.

Después de eso, recuerda mencionar a un viejo amor con una joven mujer llamada Ximena, recuerda haber estado a punto de casarse con ella, pero su relación no estaba del todo bien, pues a los dos meses de relación ya no tenían tema de conversación, nunca se concluyó pues una noche antes de la boda él tuvo un mal sueño y no acudió al llamado de las campanadas de la iglesia.  

Convencido de que no estaba tan viejo para el amor, decide volver a llamar a Rosa pidiendo otra cita con la niña. Para esto, el anciano decide llegar antes al lugar y arreglarlo, puso flores amarillas y algunos cuadros, esto para sentir más acogedor el cuarto, se preguntó cuál será su nombre, pues seguramente tendría un nombre largo, y mientras le cantaba canciones al oído llego a la conclusión de que su nombre era Delgadina o por lo menos así le gustaba llamarla.

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