NEUTRALIZACIÓN / EQUILIBRIO de estímulos: Sugestión como auto acondicionamiento

NEUTRALIZACIÓN / EQUILIBRIO de estímulos:

Sugestión como auto acondicionamiento

El humano práctico busca control, tiene objetivos, pero antes de tenerlos quiere tenerlos, quiere saber qué quiere y estar seguro de ello, busca razones: contrasta, compara. Su norte es la funcionalidad, prefieren el actuar y paulatinamente necesitarán resultados, por eso harán lo posible por deshacerse de toda traba que les dificulte el flujo de su accionar.

Siendo el pragmatismo una corriente racionalista postula que si algo no tiene fin no tiene razón de existencia, no existe el conocer por conocer, como también se podría decir que no existe el sentir por sentir; siento porque lo deseo, porque me gusta o porque me sirve, ¿pero que pasa cuando no podemos dejar de sentir algo que no nos sirve? Desde una minuciosa picazón por una etiqueta de la polera, una inyección de anestesia en el paladar o tal vez nunca has podido controlar las cosquillas hasta como tampoco un agobiante sentimiento de culpa o quizás se te dificulta al extremo expresarte cuando te emocionas a causa del “nudo en la garganta” o cuando una la furia rencorosa es creciente y ni el amor más intenso la puede contener.

Lo que se aspira lograr es el dominio de la interpretación de estímulos.

Una forma de estabilizar nuestra respuesta a estímulos físicos, como cambios de temperatura, de luz, de presión, equilibrio, tacto, sonido, olfato, sabor y dolor, a fin de equilibrarlos, neutralizarlos, potenciarlos o anularlos, según cada caso específico, se sustenta en una verdad de orden biológica: “La respuesta a un cierto tipo de estímulo es limitada”, se entiende que desde de un foco que provoque cierto estímulo sensorial que alcance el umbral de percepción se produce una respuesta, si existiera más de un foco la respuesta se tendría que dividir para así responder a cada foco, pero en este caso cada respuesta seria más débil, nuestra atención al estímulo se vuelve menor debido a la multiplicidad de éstos. Se puede deducir entonces que el umbral de percepción se debe fijar de acuerdo a las respuestas, la repartición y la atención que les damos a estas. Un ejemplo concreto donde se puede intervenir un estímulo como el de una inyección de anestesia o una vacuna, ambos son dolores locales agudos. Aplicando lo que nos dice la biología se debe redistribuir la respuesta aplicando más focos, por ejemplo pellizcando alguna parte del cuerpo, mordiéndose el labio o aguantando la respiración, de esta forma la respuesta se divide por ende baja su intensidad.

Cuando queremos lograr control induciendo un estímulo físico con respuesta psicológica sobre la respuesta psicológica causada por un estímulo físico se dificulta el método; la respuesta sigue siendo limitada, aunque mucho más amplia y variada, una mala intervención y el estímulo que se trataba de neutralizar se potencie o viceversa. Por ejemplo un estímulo físico externo como lo es el frío, muy baja temperatura en el ambiente, la persona no logra mantener calor corporal. Algunas respuestas biológicas serán escalofríos, labios morados, contracción de los vasos sanguíneos que bloquean el flujo bajando los niveles de oxígeno en la sangre, etc. pero supongamos que a la persona

...