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PALEONTOLOGIA LINGUISTICA


Enviado por   •  10 de Junio de 2013  •  2.562 Palabras (11 Páginas)  •  1.189 Visitas

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PALEONTOLOGÍA LINGÜÍSTICA

INTRODUCCIÓN

La paleontología lingüística se basa en el análisis del vocabulario, y en particular la existencia de ciertos nombres de plantas y animales e innovaciones tecnológicas, a partir de las cuales pueden hacerse conjeturas sobre la cultura material de los hablantes de las protolenguas que dieron lugar a las lenguas de la familia. Así, la paleontología lingüística trata de reconstruir la historia de épocas muy alejadas del presente donde carecemos de fuentes escritas a través de la evidencia lingüística es una fuente útil e igualitaria de conocer el desarrollo de las diferentes regiones, especialmente si se combina con la evidencia arqueológica.

Cuando Ferdinand de Saussure hizo sus primeros estudios en el colegio de hofwyl, cerca de berna. A los doce años encontró a profesor AdolphePictet, que había que había frecuentado el mismo colegio sesenta años antes. Pictet era un notable investigador de paleontología lingüística y uno de los pioneros del estudio lenguas celtas.

Pictet "representó la primera, la generación romántica de lingüistas históricos, para quien la historia de la lengua iba de la mano con la historia de la materia y el ser espiritual de la gente que lo hablaba", su obra magna fue Origines indo-européennes: Essaie de paléontologielinguistique (1859-1863), "un intento monumental, en la tradición de Friedrich Schlegel y Jakob Grimm, reconstruir todo el mundo de la proto-indo-europeos”.

DESARROLLO

AdolphePictet, uno de los propulsores del celtismo, es conocido sobre todo por su libro Les origines indo-européennes (1859-63). Esa obra ha servido de modelo a muchas otras, y sigue siendo la más atractiva de todas. Pictet quiere encontrar en los testimonios suministrados por las lenguas indoeuropeas los rasgos fundamentales de la civilización de los «aryâs», y cree poder fijarles los aspectos más diversos: cosas materiales (herramientas, armas, animales domésticos), vida social (¿era un pueblo nómade o agrícola?), familia, gobierno; intenta conocer la cuna de los aryâs, que sitúa en Bactriana; estudia la flora y la fauna del país que habitaban.

Este es el ensayo más considerable que se ha hecho en esta dirección; la ciencia así inaugurada recibió el nombre de paleontología lingüística. Después se han hecho otras tentativas en el mismo sentido; una de las más recientes es la de HermannHirt, Die Indogermanen, 1905- 1907 1. Hirt se ha fundado en la teoría de J. Schmidt para determinar el país habitado por los indoeuropeos; pero no desdeña recurrir a la paleontología lingüística: hechos de vocabulario le muestran que los indoeuropeos eran agricultores, y rechaza el situarlos en la Rusia meridional, más adecuada a la vida nómada; la frecuencia de nombres de árboles y, sobre todo, de ciertas especies (abeto, abedul, haya, encina), le hace pensar que su país estaba arbolado y que se hallaba entre el Harz y el Vístula más especialmente en la región de Brandeburgo y de Berlín.

Recordemos también que, aún antes que Pictet, Adalbert Kuhn y otros habían utilizado la lingüística para reconstruir la mitología y la religión de los indoeuropeos.

Ahora bien, no parece que se pueda pedir a una lengua enseñanzas de este género, y si ella no las puede suministrar, eso se debe, a nuestro parecer, a las siguientes causas:

Primero la incertidumbre de la etimología; poco a poco se ha ido comprendiendo cuán raras son las palabras cuyo origen está bien establecido, y los lingüistas se han ido haciendo más prudentes. He aquí un ejemplo de las temeridades de antaño: dado servus y servare, se les relaciona, quizá sin derecho para ello; después se da al primero la significación de 'guardián' y se deduce que el esclavo fue en su origen el guardián de la casa.

Ahora bien, ni siquiera se puede afirmar que servare haya tenido primero el sentido de 'guardar'. Y aun más: las significaciones de las palabras evolucionan; la significación de una palabra cambia a menudo al mismo tiempo que un pueblo cambia de residencia. Se ha creído ver así en la ausencia de una palabra la prueba de que la civilización primitiva ignoraba la cosa designada por tal palabra; es un error. Así la palabra para 'arar' falta en las lenguas asiáticas; pero eso no significa que esa ocupación fuera desconocida en su origen: el arar pudo caer en desuso o hacerse por otros procedimientos, designados con otras palabras.

La posibilidad de los préstamos es un tercer factor que perturba la certidumbre. Una palabra puede pasar a un idioma al mismo tiempo que es introducida la cosa en el pueblo que lo habla; así, el cáñamo sólo fue conocido muy tarde en la cuenca del Mediterráneo y más tarde todavía en los países del Norte; y en cada ocasión el nombre del cáñamo pasaba con la planta. En muchos casos la falta de datos extralingüísticos impide saber si la presencia de una misma palabra en varias lenguas se debe al préstamo o si prueba una tradición primitiva común.

No es esto decir que no se puedan sacar sin vacilación ciertos rasgos generales y hasta ciertos datos precisos: así los términos comunes que indican parentesco son abundantes y se han trasmitido con gran limpieza; esos términos permiten afirmar que, en los indoeuropeos, la familia era una institución tan compleja como regular, pues su lengua conocía en esta materia matices que nosotros no podemos expresar. En Homero eináteres quiere decir 'concuñadas' en el sentido de 'mujeres de varios hermanos', y galóōi 'cuñadas' en el sentido de 'la mujer y la hermana del marido entre ellas'; ahora bien, el latín janitrīcēs corresponde a eináteres por la forma y por la significación. Del mismo modo, el 'cuñado, marido de la hermana' no tiene el mismo nombre que los 'concuñados, maridos de varias hermanas, entre ellos'. Aquí se puede, pues, verificar un detalle minucioso, pero por lo común se tiene uno que contentar con un informe general. Lo mismo pasa con los animales: para especies importantes como la bovina, no sólo se puede contar con la coincidencia del griego boûs, alemán Kuh, sánscrito gau-s, etc., y reconstruir un indoeuropeo *g2ōu-s, sino que también la flexión tiene los mismos caracteres en todas las lenguas, lo cual no sería posible si se tratara de una palabra pasada posteriormente de otra lengua.

Permítasenos añadir aquí, un poco más detalladamente, otro hecho morfológico que tiene esa doble característica de estar limitado a una zona determinada y de referirse a un punto de organización social. A pesar de cuanto se ha dicho sobre el vínculo de dominus con domus, los lingüistas no se sienten en eso plenamente satisfechos, porque es la cosa más extraordinaria ver un sufijo

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