Pedagogia Del Oprimido

Introducción.

El libro nos habla acerca de la educación que ha jugado un papel de atadura a lo largo de la historia; atadura porque nos somete a la voluntad de los poderosos, opresores de la voluntad, quienes dictan la forma de vida predominante y nos instala a la acción de manera que la realidad sea transformada y el oprimido alcance la libertad. El libro propone una pedagogía con una nueva forma de relación entre educador/ educando y entre sujetos sociales.

También nos habla acerca de las bases de la que sería una educación liberadora en un contexto de dominación en el que una gran mayoría de la población se encuentra oprimida.

Por lo que daremos una pequeña reseña de cada capítulo en el que se divide dicho libro, así igual daré mi punto de vista de o que el autor menciona para que compartir mi postura de los temas.

Desarrollo.

Bueno pues empezaremos resumiendo y dando opinión acerca de cada capítulo:

En el primer capítulo nos insta a concientizarnos sobre el papel de los oprimidos y los opresores y a que aceptemos que somos oprimidos para poder así empezar a liberarnos. Freire nos dice que “Es fundamental entonces que, al reconocer el límite que la realidad opresora les impone, tengan, en este conocimiento, el motor de su acción liberadora” Freire afirma que el acto de opresión es un acto violento, pues deshumaniza al sujeto para convertirlo en un objeto, un simple utensilio servicio del opresor; y al mismo tiempo el opresor se deshumaniza al llevar a cabo este acto de violencia.

Aclara también que al darnos cuenta de que somos oprimidos no cambiemos a opresores o sub-opresores de alguien más, pues lo único que lograríamos sería perpetuar la opresión, ya que al darnos cuenta de que somos oprimidos queremos empezar a oprimir a los demás y no solo por nuestra perspectiva si no que lo consideramos una moda que nos convierte más en oprimidos.

Expone cómo es que el oprimido a fuerza de su convivencia con el opresor e inmerso en el lugar que este le ha dado comienza a verse a sí mismo como un objeto, comienza a creer que la manera en que las cosas son es la manera en que deberían ser, de manera que deja de cuestionarse o de esperar un cambio. “Es que la realidad opresora al constituirse casi como un mecanismo de absorción de los que en ella se encuentran, funciona como una fuerza de inmersión de las conciencias” puesto que somos indiferentes e ignorantes a lo que percibimos y no nos tomamos la molestia en contribuir a cambio sino que al contrario nos volvemos más opresores. También nos menciona que no debemos caer en la trampa de la falsa generosidad de los opresores pues, en aras de perpetuar su dominio, hacen uso de sus recursos en lo que pareciera una ayuda hacia los oprimidos pero que en realidad es una manera de conservar su status dando a los oprimidos, migajas de humanidad.

En el segundo capítulo Freire muestra cómo es que la llamada educación bancaria no otra cosa sino la manera de perpetuar el régimen opresor existente.

En la educación bancaria el alumno es considerado sólo como un recipiente, una vasija a la que hay que llenar con los contenidos aprobados por el maestro, este último, es quien posee el conocimiento, la sabiduría y en quien reside todo el poder. Su palabra es la que dicta la manera en que el individuo ha de formarse y su acto de enseñanza es visto como una donación de quien posee el conocimiento hacia los ignorantes. Este tipo de educación también se basa en la “sonoridad” de las palabras, no en sus significantes sino en los sonidos mismos, son palabras huecas, carentes de conexión con el educado y que solo se repiten hasta memorizarlas, sin interiorizar, sin cuestionar, limitándose sólo a imitar. La educación

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