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Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.


Enviado por   •  1 de Octubre de 2012  •  Resumen  •  2.463 Palabras (10 Páginas)  •  845 Visitas

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Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.

Apocalipsis 2:4

Cuando naciste de nuevo, recibiendo a JESÚS en tu corazón... tan evidente y maravilloso...Cuán apasionado era el amor en tu corazón! Te emocionó con delicia. Había un gusto sabroso y dulce en todo tu espíritu. Tan listo estabas para volar como águila a los brazos de tu Redentor, a quien tu alma buscaba! La palabra de Dios era como miel a tus labios. Cuán deleitoso era trabajar para Jesús! Qué precioso gozo sentiste al sacrificarle a Él algo grande! E irte a un lugar apartado para orar era más bello para ti de lo que se pueda expresar.

Encontrabas alegría en cualquier deber.... No puedo yo, realmente, detallar exactamente cómo era ese primer amor en tu corazón. Yo no puedo, tampoco tú puedes. No obstante, tú sabes cómo te sentías y cuán gozoso estaba tu espíritu. OH, día bendito...cuando fuiste lavado de tus pecados y lleno con la plena Presencia de Dios y el amor cantó un himno en tu alma y corazón!

Has dejado tu primer amor.... Has perdido la primera intensidad. Se ha relajado, llegó el amor a ser flojo. No importa lo que digas o quién eres, si no tienes el mismo ardor y profunda intensidad del amor que tenías al principio, has relajado el amor.

No te engañes. No hagas excusas. El amor, gozoso y rebosante se puede mantener en la plenitud de su primer vigor y por el resto de tu vida. Nunca se puede justificar un bajón en el amor. No importa las circunstancias que vengan; aun con ellas podemos aumentar y sobreabundar más y más en amor. Puede ser que tienes obras, arduo trabajo y paciencia. También los tenía la iglesia de Efeso.

Pero habían dejado su primer amor.

Guárdate, no dejes la intensa efervescencia del primer amor. Cuídalo y mantenlo; las obras, el arduo trabajo y la paciencia lo seguirán seguro! Pero no permitas que tus obras, arduo trabajo y paciencia sean sin amor. Guárdate, que siempre tengas el cimiento del amor sobre todo lo que haces. Si tus obras, arduo trabajo y paciencia carecen de amor, habrá un deseo secreto en tu corazón de atraer la atención... Pero si haces todo en el amor puro, sincero; suficiente te será el gozo que corresponde a esto. Dios te dé buen entendimiento y te bendiga.

"El amor no tiene envidia.”

Se muestra alegre cuando otros tienen éxito y se contenta al ver que otros reciben. Ese amor es el que permite dar honor y crédito a quienes pueden hacer las cosas mucho mejor que uno mismo. Se regocija cuando otros tienen más que él mismo.

El amor propio mira a quienes tienen más talentos que él como enemigos o rivales. Codicia la suerte de la persona que prospera en su camino. Pierde su paz y gasta todas sus energías pensando en cómo obtener una posición más elevada...

“No busca lo suyo.”

Se resigna a aceptar lo que venga a su vida. Aunque esto quiera decir que sufrirá por el bien de otra persona. Se lleva por los consejos y trata siempre de hacer lo justo y lo correcto. No se queja. No busca la simpatía de otros para atacar a quienes no lo apoyan. Encomienda su causa a Dios.

El amor propio desea ser complacido en todo y a costa de todo. Le gusta ser servido y siempre está buscando una excusa para no servir. Se siente bien cuando recibe alabanzas, aunque sepa que no le corresponden. Actúa para ser visto y llamar la atención de los demás. Demanda la ayuda que no necesita. Expresa sin meditar los pensamientos que le vienen a la mente cuando está incómodo. Es egoísta. Piensa solamente en él. Este amor se satisface en promover sus propias ideas. Trata de influir en otros para que acepten sus planes. Insiste con mucha demanda en sus derechos. Busca con interés lo que puede obtener de los demás. 1 Cor.13

“No hace nada indebido.”

Procura dar el mérito al que lo merece y al que no lo merece el apoyo y la ayuda. Siente la necesidad de que otros vean en él que es un buen amigo, hermano, en quien pueden confiar los problemas. Se complace en ayudar a otros en cada problema que tengan, sin tomar ventajas de la situación. Se preocupa por qué no se cometan injusticias. Cuando es afectado por alguna injusticia es capaz de mirar el lado bueno de las circunstancias. Es pronto para perdonar. Se abstiene de toda especie de mal.

El amor propio da riendas sueltas a sus costumbres como una justificación para hacer lo malo. Pisotea al que se encuentra en una posición menos ventajosa que la de él mismo. Muestra un carácter duro cuando tiene que decidir en contra de “sus sentimientos”.

1 Cor.13

“Es benigno.”

Esto es amable, generoso, bondadoso. Se preocupa por el estado de ánimo de otros. Siempre tratará de hacer lo mejor para hacerlos sentir bien. Está al tanto de las necesidades de otros. Presenta una actitud de compasión ante los problemas y necesidades de los demás. Se deleita en saber cómo podrá ayudar a otros cada vez mejor. Esto lo hace con un corazón sincero, honesto y lleno de misericordia.

El amor propio :( se preocupa por “cómo yo me siento y qué necesito”.

Además, es muy sensible. Se hace delicado cuando imagina que no está siendo tratado con la amabilidad y el respeto con que desea que lo traten.

“No se irrita.”

En momentos de tensión, el amor mira más allá del problema buscando siempre la paz. Se satisface en que exista una armonía genuina en la relación. Tiene un alto concepto de la amistad. No mira sus diferencias como una forma ...para atacar la personalidad de otra persona. Es capaz de asimilar y de absorber cualquier enojo que aparezca en un momento dado. Esto lo hace para ayudar y darle una oportunidad al carácter inmaduro de la otra persona. Tiene la capacidad de mantenerse calmado, aun cuando las provocaciones y las ofensas son las más bajas.

El amor propio :( es impaciente. Se altera y explota en un abrir y cerrar de ojos. Sobre todo cuando las cosas no salen a su modo. No entiende por qué otros tienen que estar por encima de él. No le gusta estar subordinado ni recibir disciplina. Casi siempre otros tienen que esperar por él. Se apoya en su autoridad o en sus derechos para lograr que otros se ajusten a sus ideas, planes, metas y métodos. En momentos de tensión acude al tono de su voz para imponer lo que está convencido que será lo mejor. Siempre está presto a usar la violencia en caso que le fuese necesario. No medita en las palabras que salen por sus labios. Hiere verbalmente a las personas cuando imagina que ha sido objeto de burla o de una ofensa. Es inmaduro y por ello es evitado por algunos. Cuando está enojado no se le posan ni las moscas. 1 Cor.13

“El amor no es jactancioso.”

No es alardoso.

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