Prebish, Raúl - Desarrollo económico de la América Latina y alguno de sus principales.

DESARROLLO ECONÓMICO DE LA AMÉRICA LATINA Y

ALGUNOS DE SUS PRINCIPALES PROBLEMAS

Raúl Prebish y la CEPAL  

Raúl Prebish y la CEPAL  abogan por fortalecer los Estados Nacionales en plenos años de sometimiento extranjero en Latinoamérica, es por eso que la teoría Cepalista y la de Dependencia proponen una solución donde el estado debería asumir un papel central en la planificación, desarrollo y continuidad de la misma. Utilizaremos los acápites I, II, III, IV, V, VI. Páginas 5-63 respectivamente.

 Prebish manifiesta que en aquellos años Latinoamérica seguía viviendo bajo una premisa que gobernó el mundo, ya desde la revolución industrial en el siglo XIX: lo que conocemos como la división internacional del trabajo y según ésta el papel principal de  América Latina (riquísima y exuberante en recursos naturales) era producir alimentos y materias primas para los grandes centros industriales, que se encontraban en los países del norte, los países más desarrollados donde la materia prima era transformada y se convertía en un producto industrializado. Lo absurdo era que los países de Primer Mundo lo exportaban a países latinoamericanos y que éstos pagaban grandes cantidades de dinero por ellos.

El fruto de este progreso técnico de la división internacional del trabajo teóricamente debería repartirse entre la colectividad pero ese concepto de colectividad solo sería entendido tomando en cuenta a los países del centro, el progreso solo llega al Primer Mundo y sus clases sociales, y todas las ventajas que se generan en esa colectividad no llega a la periferia, porque entender el concepto colectividad tomando en cuenta centro y periferia genera desigualdad, porque no llegan las ventajas de desarrollo de la productividad y por lo tanto no hay industrialización en Latinoamérica:

La falla de esta premisa consiste en atribuir carácter general a lo que de suyo es muy circunscrito. Si por colectividad sólo se entiende el conjunto de los grandes países industriales, es bien cierto que el fruto del progreso técnico se distribuye gradualmente entre todos los grupos y clases sociales. Pero si el concepto de colectividad también se extiende a la periferia de la economía mundial, aquella generalización lleva en sí un grave error. Las ingentes ventajas del desarrollo de la productividad no han llegado a la periferia, en medida comparable a la que ha logrado disfrutar la población de esos grandes países. De ahí las diferencias, tan acentuadas, en los niveles de vida de las masas de éstos y de aquélla, y las notorias discrepancias entre sus respectivas fuerzas de capitalización, puesto que el margen de ahorro depende primordialmente del aumento en la productividad. Existe, pues, manifiesto desequilibrio, y cualquiera que fuere su explicación o el modo de justificarlo, se trata de un hecho cierto, que destruye la premisa básica en el esquema de la división internacional del trabajo. De ahí el significado fundamental de la industrialización de los países nuevos. No es ella un fin en sí misma, sino el único medio de que disponen éstos para ir captando una parte del fruto del progreso técnico y elevando progresivamente el nivel de vida de las masas. (Prebish 1949:5-6).

Por otra parte, un desarrollo eficaz de la producción primaria puede ser llevado a cabo y sin ser incompatible a la industrialización de Latinoamérica.  Prebish en este caso específico menciona que las condiciones esenciales para que el desarrollo de la industria pueda ir cumpliendo el fin social de elevar el nivel de vida, es disponer de los mejores equipos de maquinaria e instrumentos y aprovechar el nivel de ocupación.

El problema es Estados Unidos, suministra dólares al resto del mundo, pero éstos al realizar sus importaciones, alcanzan una elevada cuantía. Europa tiene que restablecer su economía todavía  para intercambiar con ella, pero de allí no van a salir más dólares a menos que Estados Unidos aumente su coeficiente de importaciones de artículos europeos:

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