Quatremere De Quincy, Diccionario De Arquitectura

Quatremère de Quincy, Diccionario de Arquitectura. Voces teóricas, Buenos Aires, Nobuko, 2007. Voces: “Arquitectura”, “Simetría”, “Gusto”, “Carácter”

Quatremère de Quincy, 1755-1849, fue un teórico e historiador del arte francés del siglo 18 además de ser el líder de la Academia Francesa bajo Napoleon. Tomó cursos de historia y arte en el Collège de Louis-le-Grand y aprendió escultura con Guillaume Coustou and Pierre Julien. Se interesó en la arquitectura y escultura clásica griega luego de visitar Napoles y Roma. En 1785, escribió una serie de ensayos sobre teorías arquitectónicas, ganando un concurso patrocinado por la Académie des Inscriptions et Belles-Lettres. En 1797 se exilió a Alemania, donde comenzó a leer los trabajos de Kant y Lessing, adoptando las ideas filosóficas en sus teorías sobre la estética. En 1823, publicó Ensayo sobre la naturaleza, el objetivo y los medios de la imitación en las Bellas Artes. También publicó las biografías de Antonio Canova, Rafael y Miguel Ángel.

En la voz “Arquitectura“, esta palabra es definida por el teórico como el arte de edificar, y explica que el arte tiene dos significaciones, según la naturaleza de los objetos o de las materias en las que se aplica, o según las distintas atribuciones que comporta cada una de esas materias. Es así que esta palabra es utilizado tanto en lo mecánico, por ejemplo, el arte del alfarero, como en las concepciones del genio, es decir, el arte del poeta. Las artes del dibujo comprenden en su dominio y su acción estos dos elementos. Quincy explica que la arquitectura comienza a convertirse en arte cuando la sociedad alcanza un cierto grado de riqueza y de cultura moral. Previo a esto, la construcción se limitaba a la necesidad de las demandas de la vida física, por lo que la práctica de este oficio se reducía a la realización de una cobertura que ponga al hombre a resguardo. El autor explica como el arte de edificar adopta en diversas regiones notables diferencias, debido al género de vida impuesto a cada sociedad primitiva por la naturaleza misma y a la calidad de los materiales. En cuanto a la piedra, fue en los orígenes la materia menos adaptada a las fuerzas, a los medios y a las circunstancias del hombre, ya que entre otras cosas exige una operaciones laboriosa, a diferencia de la tierra, que ofrece un medio más simple, fácil y económico. Con respecto a la madera, se presenta más naturalmente a las sociedad primitivas y a aquellas que necesitan un mínimo de cierta estabilidad con poco recursos. Es así que, como comenta Quincy, con las ramas de los arboles se formaron los primeros asilos de los hombres. Además advierte que en cuanto al árbol, no se debe tomar la palabra como es desarrollada por algunos escritores que especulan que la columna fue en su primer estado una copia del árbol, y agrega que su imitación está basada en la analogía, la inducción y la libre semejanza.

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