REBELIÓN EN LA GRANJA
Enviado por DANA9830 • 12 de Febrero de 2014 • 1.426 Palabras (6 Páginas) • 304 Visitas
Dictaduras que defienden solamente los intereses de las elites y oligarquías políticas y económicas nacionales y del gobierno norteamericano y sus multinacionales, ah! y como olvidar a los pobrecitos señores de la Habana, en sus humildes mesas de dialogo; y que por lo mismo, su objetivo es oprimir y explotarnos a los Colombianos, así tengan que recurrir al uso del terror y violencia, pero como no tenemos memoria, tanto es así que aplaudimos leyes como la Ley de Justicia y Paz, que viene a ser una burla para las víctimas o familiares y amigos de las víctimas de los innumerables crímenes que el Estado Colombiano, ha venido ejerciendo contra su propio pueblo, otra ley es la de perdón y olvido porque ahora lo que reina es una galería, ya que no es otra cosa que mentalidad de borregos.
No quiero ir muy lejos y por ello daré un el ejemplo de lo que hace los “cerdos” con el pueblo Colombiano, y que estamos tan sumergidos en la ignorancia y sumisión de la galería, es tal que ni siquiera nos permite mirar las condiciones en que vivimos, porque somos los primeros en el mundo en desplazamiento forzado, más del 50% de pobreza (80% en el campo), con un sistema de salud, en el cual tenemos que instaurar acción de tutela, para que así nos den la orden medicamentos y nos autoricen los tratamientos medio necesarios según patología clínica; claro está, esto aplica para los somos de clase baja, por no mencionar lo que nos pasa con la educación superior.
Enojo e impotencia, es lo que da porque somos víctimas del actuar terrorista del Estado, ya que la mayoría de los crímenes contra el pueblo Colombiano quedan en total impunidad, porque es el propio estado, quien diseña leyes que en ningún caso sirven para hacer justicia, sino para prolongar y fortalecer la impunidad mientras el pueblo es asesinado, masacrado, torturado, desaparecido, violado, humillado, desplazado, hurtado y las denuncias por estos crímenes prácticamente nunca son escuchados, por no hablar de los falsos positivos, pero la impunidad, sigue reinando es lo que bien podemos llamar como populismo punitivo en Colombia.
Platón definió al poder como “el ejercicio del mando”. Desde entonces la idea que se tuvo del término fue muy cercana al concepto de mandar. Tenía poder el que podía mandar. Poder fue entonces, capacidad de ordenar. Fue hasta el siglo XIX, con el positivismo, que se prestó atención a la relación política fundamental entre el mando y la obediencia; nociones correlativas que constituyen la esencia del poder. Cualesquiera que sean los problemas sociales, las técnicas políticas, las tendencias de las revoluciones, el ejercicio del poder, mando, obediencia no variará ni en su esencia, ni en sus presupuestos.
Este mal “poder” es el desorden social en que vivimos en Colombia y puede ser el caldo de cultivo para que se levante de entre este caos más violencia, porque se puede observar como cada vez más personas en nuestro país, acuden a las vías de hecho y no de derecho, y lo más triste aun es que finalmente son premiadas.
Otra muestra de poder mal intencionado y mal enfocado, es el de la iglesia, la cual se ha adjudicado un papel importante dentro de la sociedad, la que tras proponer una ideología de salvación y redención de una vida de sufrimiento y padecimientos, juega con la fe de sus fieles, ejerciendo sobre mentes débiles, dominio y utilizando como método de control el miedo, pues quienes no están de acuerdo a su doctrina sufrirán el castigo eterno. Si nos remitimos a hechos históricos podemos darnos cuenta como ésta, ha manipulado la mente de los incautos, con actos crueles y despiadados, implantando sus creencias a la fuerza, con violencia y total frialdad, tras una mal llamada “santa “inquisición que no es más que una especie de gobierno totalitario; quien en su momento se levantó en contra de la iglesia, fue tildado de hereje y llevado a manos de verdugos que en nombre del todo Poderoso les quitaba la vida, impartiendo supuestamente su propia ” justicia”, ¿pero es justo realmente, que quienes no comparten mis creencias o ideologías
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