RESEÑA DE "EL EXTRANJERO", CAMUS

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EXTRANJERO DE LA EXISTENCIA

En tantas ocasiones nos hemos cruzado con testimonios referentes al caos, siendo más específicos al caos de la guerra, y ahondando más hasta la cuestión de este texto: el caos de la Primera y Segunda Guerra Mundial. Pues, así como hemos llenado nuestro referente imaginativo al escuchar de estos hechos históricos con percepciones comunes, como campos de concentración, autoritarismo, nombres de asesinos disfrazados de personajes emblemáticos, entre más nombres y adjetivos de la destrucción; también se encuentra un extremo en el que el caos no explota, ahogando el espíritu "humano" de desesperanza en un pozo de carencia y frustración, una parte de la existencia poco convencional en la que El Extranjero no se inmuta.

Albert Camus nace en el año de 1913 en Mondovi, Argelia; el novelista, dramaturgo y ensayista nace en una familia de emigrantes humildes y que traen a la vida de Camus razones para cuestionar la realidad. Sus padres eran agricultores, considerados dentro de la miseria del tercer mundo, haciendo de su infancia un lugar en que se palpaba la carencia. Numerosas biografías apuntan a resaltar que su madre fue sordomuda y analfabeta, también que su padre murió sin siquiera tener Camus 1 año de edad, al ser combatiente en la Primera Guerra Mundial; estos datos posiblemente resaltados para explotar el hecho de sus posturas filosóficas retratadas en sus obras.

La intención perdura, porque al igual que otros estudiosos de su vida y obra, aquí vamos a tomar esos puntos para basar las interpretaciones de su primera obra publicada: El extranjero (1942). Es esta una novela que figura dentro de las obras clásicas de la literatura universal; su protagonista es Meursault, un Camus franco-argelino que ve la vida pasar con escepticismo. Tras la muerte de su madre, hecho con que abre el relato, Meursault no se muestra conmovido de ninguna manera por lo que significaría está pérdida para otros, se encuentra más incómodo por las lágrimas de extraños que van a ver la muerte llegar muy pronto; por el hecho de que su madre al final de su vida buscara un amorío e incluso la manera en que los demás sienten lástima por él. No siendo esta incomodidad algo que le dañe, sino que no comprende.

Alrededor suyo sucede mucho, un amigo que golpea a su amante, un vecino que maltrata a su perro, una bella María que lo ama y no es correspondida, el mundo que se ahoga en monotonía y es lo único en que él se integra; por último, un crimen del que es culpable. Cabe resaltar que ningún hecho de los antes mencionados produce en su ser alguna emoción que le arranque risas o lágrimas. Posiblemente el café con leche figura entre lo poco que podría afirmar le hace gusto.

Pues bien, El Extranjero está divido en dos partes, con cinco capítulos breves en cada una de ellas. Su estilo al narrar, por parte de Meursault es escaso en emociones, pero suficiente para producir el efecto buscado hacia el lector. Así, Albert Camus, a pesar de pronunciarse en contra de incluirse en una corriente filosófica, sus obras dicen algo muy distinto y esta, al ser la primera de su carrera literaria, es una demostración.

Mersault se presenta como un hombre común y corriente, tiene su empleo, su pequeño círculo social, relaciones afectivas muy a su manera; es una persona normal ante los demás que un día recibe un fax; debe ir a enterrar a su madre fallecida. A pesar de mostrarse muchas inconsistencias sobre su actitud a partir de este suceso, podrían pasar desapercibidas hasta el acto que nace de la fatalidad, de manera inesperada y poco usual, cuando asesina a un árabe por "defender" a un amigo.

Esto rompe una la línea armónica en que se encuentra la rutina de su día a día, llevando al protagonista al encarcelamiento y al lector a analizar su concepto de la vida, una vida que es muy nuestra, adaptada a las convenciones sociales y políticas; a revalorar aquello que nos gobierna incluso interiormente y establece una dirección que seguir para no ser vistos como extraños. En pocas palabras, un mundo absurdo ante los ojos de Meursault y de Camus.

El término "absurdo” resultará común para describir la esencia en Camus. El literato lo aborda desde un cuestionamiento existencialista, presente en la trama de la obra, sin que la reflexión lleve las ideas a un plano filosófico como tal, sino que lo lleva por distintos caminos del empirismo humano, como es la positividad, la solidaridad, las garras del llanto o el regocijo por vivir.

El personaje absurdo nace de una contraposición de la imagen del mundo, por ir en contra del acuerdo entre humanos; es visto ante los demás como un ser rudo, silencioso, siendo este silencio una manera de expresar su desacuerdo a la sociedad como se le conoce. Incluso se le juzga más por no ser parte de esa unidad que con sus actos fractura; porque no se queja, porque no busca consuelo ni aprobación. El mismo Camus declara la siguiente afirmación al publicar su libro:

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