Realismo En "Cien años De Soledad"

En marzo volvieron los gitanos. Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamaño de un tambor, que exhibieron como el último descubrimiento de los judíos de Amsterdam. Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la entrada de la carpa.

Realismo mágico: Una lupa puede ser grande, mas no del tamaño de un tambor ya que sería un lente exagerado.

José Arcadio, el mayor de los niños, había cumplido catorce años. Tenía la cabeza cuadrada, el pelo hirsuto y el carácter voluntarioso de su padre. Aunque llevaba el mismo impulso de crecimiento y fortaleza física, ya desde entonces era evidente que carecía de imaginación.

Realismo mágico: Un niño puede tener la cabeza de una forma peculiar, pero no puede ser un cuadrado ya que sería extraño o enfermizo.

Llevando un niño de cada mano para no perderlos en el tumulto, tropezando con saltimbanquis de dientes acorazados de oro y malabaristas de seis brazos, sofocado por el confuso aliento de estiércol y sándalo que exhalaba la muchedumbre, José Arcadio Buendía andaba como un loco buscando a Melquíades por todas partes, para que le revelara los infinitos secretos de aquella pesadilla fabulosa.

Realismo mágico: Hay malabaristas, pero no malabaristas de seis brazos ya que terminan siendo fenómenos y estos eran seres humanos. Hay realismo, pero lo mágico vendría siendo la exageración de brazos en estos-

Macondo dejaría de ser un lugar ardiente, cuyas bisagras y aldabas se torcían de calor, para convertirse en una ciudad invernal.

Realismo mágico: El lugar puede ser demasiado caliente gracias a las elevadas temperaturas que este puede llegar a tener, pero tanto como para las bisagras y aldabas se tuerzan de calor no es posible, ya que son objetos materiales sin vida propia.

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