Reflexión del texto de Margulis y Urresti
Enviado por Sofiachulaa • 2 de Diciembre de 2020 • Ensayo • 670 Palabras (3 Páginas) • 184 Visitas
Reflexión del texto de Margulis y Urresti
En el presente trabajo se realizara una reflexión de los textos “Una violencia encubierta” y “La discriminación en la discursividad social” de los autores Mario Margulis y Marcelo Urresti, del libro La segregación negada. Los mismos, se proponen instalar en la discusión social en qué consisten los procesos discriminatorios ligados a la “racialización de las relaciones de clase”, tan presentes en nuestra cotidianidad pero a la vez, en algunos casos, tan implícitos, dado que están profundamente insertos en nuestros códigos culturales.
En esta sociedad prejuiciosa e injusta, existen diferentes formas de discriminación que se orientan a un sector específico de la población, acrecentando aún más la desigualdad. Un sector que es generalmente marginado, ya sea por su condición de inmigrantes laborales, por su origen indígena o mestizo, por su situación de pobreza, etc. Dicha discriminación, como se mencionó anteriormente, está sumamente inmersa en nuestros códigos culturales, tanto que se convierten en hábitos para algunos sectores; siendo caracterizada por persistentes mensajes y comportamientos de descalificación y rechazo hacia estos sectores marginados.
Asimismo, esta discriminación -habitualmente con base socioeconómica- pasa desapercibida, dada la puesta en marcha de mecanismos de encubrimiento y disimulo, por parte de ambos sectores: los discriminados y los que discriminan. Esto se da porque quienes son víctimas de esta discriminación social -empleando una estrategia de defensa- se vuelven también discriminadores (desvalorizando a otros), dando lugar a un eterno circulo vicioso.
Esta discriminación social no es otra cosa que la segregación o el racismo que se hace extenso incluso a la discursividad social. Mario Margulis, en uno de sus textos, afirma que desde los medios de comunicación -tan cotidianos en la actualidad- se promueven procesos discriminatorios, basados en una clasificación europeizante y excluyente, es decir, descalificación de rasgos corporales, de todos aquellos de origen mestizo, de los “no blancos”, dependientes también de la condición económica. Estos estigmas que recaen sobre esta población discriminada, son los mismos que se utilizan para calificarlos como villeros, cabecitas, bolitas, barbarie: los negros, constituyéndolos como los “peligrosos”. De este modo, son ellos sobre quienes generalmente reinciden las causas policiales. Son ellos también, los que nunca aparecen en los medios masivos de comunicación, al menos que se trate de alguna triste noticia (hechos delictivos, muertes, por ejemplo). Son ellos la mayoría, en relación a cantidad, pero los menos visibles. Son ellos los más pobres, los “menos blancos”. Son ellos los que están condenados por la sociedad a no ser más de lo que son, a no progresar, a no poder estudiar lo que desean, a no tener posibilidades de trabajos dignos. Son ellos quienes están condenados socialmente a no tener otra opción que delinquir para comer, que volverse adictos para escapar a la triste realidad, que trabajar por una suma miserable de dinero para llevar un pedazo de pan a su familia. Innumerables actos de supervivencia a una sociedad que no da otras posibilidades, una sociedad que acorrala, rotula, rechaza, discrimina y margina. Una sociedad que les cierra las puertas a tantos que vienen en busca de trabajo, soñando el progreso y que, por su aspecto, clase u origen, son rechazados.
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