Reflexión Valoración personal, familiar y académica
Enviado por Estefanìa Ramìrez Escobar • 23 de Octubre de 2017 • Ensayo • 1.961 Palabras (8 Páginas) • 213 Visitas
“Somos títeres dentro de este mundo tecnológico” Estefanía Ramírez E.
Nombre y apellidos: Estefanía Ramírez Escobar
Grupo: 006
Docente: Jesús
Actividad: Informe
Libro: En el enjambre – Byung-Chul Han
Contenido:
Pensamiento del autor
Reflexión
Valoración personal, familiar y académica
Conclusión
Pensamiento del autor
Byung-Chul Han (o Pyong-Chol Han) (Seúl, 1959[1][2]) es un filósofo y ensayista surcoreano experto en estudios culturales y profesor de la Universidad de las Artes de Berlín. Escribe en idioma alemán y está considerado como uno de los filósofos más destacados del pensamiento contemporáneo por su crítica al capitalismo, la sociedad del trabajo, la tecnología y la hipertransparencia.
¿No tenemos idea de lo que significa vivir en la era digital y de lo que ello representa?
Somos programados de nuevo a través de este medio reciente, sin que captemos por entero el cambio radical de paradigma. Cojeamos tras el medio digital, que, por debajo de la decisión consciente, cambia decisivamente nuestra conducta.
Somos una sociedad sin respeto {Respeto significa, literalmente. “Mirar hacia atrás”} una sociedad del escándalo, somos productores y consumidores, nuestra intimidad está expuesta y la producción de la información está en nuestras manos, somos una imagen y somos un objeto.
La distancia distingue el respeto del espectáculo, La falta de distancia conduce a que lo público y lo privado se mezclen. La comunicación digital fomenta esta exposición pornográfica de la intimidad y de la esfera privada.
Somos una cultura que le falta respeto y estamos llenos de indiscreción, hoy en día los participantes en la comunicación no consumen las informaciones de modo pasivo sin más, sino que ellos mismos las engendran de forma activa.
El modelo de persona respetable incluso es imitado. La imitación corresponde a la obediencia, pronta a ejercitarse ante el poder. Justo allí donde desaparece el respeto surge la SHITSTORM ruidosa. A una persona de respeto no la cubrimos con una shitstorm.
¿Somos una sociedad volátil, incontrolable, incalculable, inestable, efímera y amorfa?
Somos una sociedad del escándalo, no somos un nosotros y que carece de firmeza, de actitud. La rebeldía, la histeria y la obstinación son características de las olas de indignación donde no se permite ninguna comunicación discreta y objetiva, ningún dialogo, ningún discurso.
Somos una sociedad distraída, no permitimos que aflore la energía de la épica de la ira.
¿La modernidad es la “época de las masas”?
El autor dice que la sociedad está en un periodo de transición y de anarquía. La sociedad futura, deberá contar con un nuevo poder, a saber, con el poder de las masas. Estamos viviendo una crisis, en una transición critica, de la cual parece ser responsable otra transformación radical: La revolución digital.
La nueva masa es el enjambre digital que carece de alma y espíritu, y no desarrolla ningún nosotros, no consolida la multitud y no es coherente en sí. No se manifiesta en una voz. Por eso es percibido como ruido.
El hombre digital constituye una concentración sin congregación, una multitud sin interioridad, un conjunto sin interioridad, sin alma o espíritu.
Hoy cada día nos explotamos nosotros mismos y declaramos que permanecemos en una libertad. Así, hoy es posible una explotación sin dominación.
¿Ya no nos basta consumir información pasivamente?
Queremos consumir, producir y comunicarla de manera activa.
El medio del espíritu es el silencio. Sin duda, la comunicación digital destruye el silencio. Lo aditivo, que engendra el ruido comunicativo, no es el modo de andar del espíritu.
Estamos viviendo una revolución digital, otra vez como antes en la historia viviendo relaciones de poder y de dominio, somos el alimento para fantasmas.
Nos dice que el núcleo de la comunicación está constituido por las formas no verbales, tales como los gestos, la expresión de la cara, el lenguaje corporal. Estas formas confieren a la comunicación su carácter táctil; ese carácter que se ha perdido por la eficiencia y comodidad de la comunicación digital evitamos cada vez más el contacto directo con las personas reales, es más con lo real en general.
En la actualidad, desaparece cada vez más el rostro que está enfrente, que me mira, me afecta o que sopla en contra. Antes había más mirada, a través de la cual se anuncia el otro, como dice Sartre. Este no refiere la mirada solo al ojo humano, además experimenta el mundo mismo como dotado de mirada. El otro como mirada está en todas partes. Las cosas mismas nos miran; La comunicación digital es pobre en mirada.
Uno de los medios por los cuales se ha perdido ese contacto real dice el autor, es el teléfono inteligente que podría llamarse la pantalla transparente. Carece de mirada.
No somos parte de algo, Entre nosotros la distancia cada vez es mayor.
Somos una nueva generación de fantasmas, ruidosos y desvergonzados. La comunicación natural entre las cosas se ha perdido, ser parte del enjambre nos hace menos críticos del sistema, nos une cuando nos enganchamos a una ola digital, pero nos engaña haciéndonos creer que somos más libres en nuestro pensamiento y más valiosos para el todo. Lo que no percibimos es que somos realmente invisibles, solo somos parte del ruido colectivo, nuestra acción es en realidad inacción y el tiempo que permanecemos en ello solo contribuye a engrandecer el monstruo digital, lo fortalece y le otorga más poder sobre nosotros.
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