Reseña EL PRÍNCIPE NICOLÁS MAQUIAVELO

EL PRÍNCIPE                                                                         NICOLÁS MAQUIAVELO

Nicolás Maquiavelo (Florencia, 3 de mayo de 1469 - Florencia, 21 de junio de 1527) fue un diplomático, funcionario, filósofo político y escritor italiano, considerado padre de la Ciencia Política moderna. ​ Así mismo, fue una figura relevante del Renacimiento italiano. Tras ser exiliado en 1512, Maquiavelo comenzó a escribir El príncipe. Este escrito político iba dedicado a Lorenzo II de Médici. Es la obra fundamental y más estudiada del político y humanista Maquiavelo.

El príncipe es una breve obra literaria la cual cuenta con 26 capítulos de corta extensión, el libro según las diferentes perspectivas, puede ser percibido como un manual lleno de tiranía para todos aquellos que gobiernan, o una brutal critica para los tiranos. El autor se enfoca principalmente en aportar consejos basados en su opinión y la experiencia, citando numerosos líderes ilustres de la época, ya fuesen buenos o malos, lo que le da a la obra más credibilidad.

Para poder hacer una crítica podemos dividir el libro en tres partes, la primera de los capítulos I al XI que exponen principalmente los tipos de principado, cómo se adquieren, cómo se conservan y cómo se gobiernan respecto su tipo, el hereditario, el nuevo (que puede ser enteramente nuevo, por adquisición armada, ya sea propia o ajena y por medio de crímenes), el civil y el eclesiástico. Los primeros pasan de generación en generación según la familia que reina en ellos, según el autor es más fácil la continuación de este tipo de principado, pues el pueblo está acostumbrado a este.  

Para Maquiavelo un nuevo principado presenta más dificultades que uno hereditario, empero, esto no significa que sea imposible, pues siguiendo ciertos estándares se puede llegar a tener éxito. El autor menciona que “Los hombres siguen casi siempre los caminos ya recorridos por otros e imitan los actos ajenos; y aunque no en todo se pueda ir por la misma senda ni llegar a la perfección de aquellos a quienes se imita, el hombre prudente no debe caminar sino tras las huellas trazadas por los personajes más ilustres, para que, si no les iguala en todo cuando menos se les aproxime en ciertos puntos”, podemos encontrar esta frase bastante acertada, pues el hombre siempre se ha inspirado de alguna manera en grandes líderes, lo que puede llegar o no a funcionar.                                                                       Para los que por fuerza ajena llegan al poder conseguirlo es fácil, sin embargo, el conservarlo es lo difícil principalmente porque no cuentan con la experiencia o la astucia necesaria para dirigir tal gobierno.                                                                                                 Y los que llegan al poder a través de crímenes, para el autor esta estrategia depende de la habilidad, el valor y del buen o mal uso de la crueldad, pues según este, la crueldad puede ser buena cuando se practica solamente una vez por la necesidad de asegurar el poder y no recurriendo a ella más que para la conveniencia del pueblo, citando en este apartado el ejemplo de Agatocles, sin embargo, es mala cuando las atrocidades cometidas por el apropiador del Estado las comete de una sola vez asegurándose así de que nada o nadie interrumpa su gobierno, dando aquí el ejemplo de Oliverotto de Fermo que pereció debido a su inmedible crueldad. “Hay que hacerse temer y amar: he ahí todo el secreto”

Por su parte los principados civiles, son aquellos donde un ciudadano puede llegar a obtener el poder sin necesidad de hacer uso de la violencia o la traición, a este se llega a través de la generosidad del pueblo o por el favor de un grande debido principalmente a la incapacidad del grande de delegar un pueblo cede el poder a un ciudadano, logrando su cometido de diferente manera, este tipo, según Maquiavelo es más complejo de conservar debido a las dificultades que lo obstaculizan, pues es más difícil complacer a un grande que al pueblo.

Finalmente, los principados eclesiásticos, que son de fácil adquisición, pero difíciles de conservar, puesto que no se adquieren más que por mérito y este tipo de gobierno se basa en antiguas instituciones religiosas de gran poder, así que no importa la forma en que gobierne el príncipe, el poder se mantiene sin gran dificultad. Este tipo de principado posee Estado sin defenderlo y súbditos sin gobernarlos, sus tierras son respetadas y los vasallos no intentar robar ese dominio.

La segunda parte de la obra consta de los capítulos XII al XIV en los que se expone los recursos que ofrecen las diferentes clases de milicias ya sea para el ataque o la defensa y de cuáles los príncipes deben hacer uso de, los tipos de tropas son; nacionales, extranjeras o mixtas, las segundas pueden ser auxiliares o fuerzas mercenarias, en estos tipos el príncipe nunca se ha de sentir completamente seguro principalmente a que no le deben lealtad ni devoción alguna, carecen de disciplina y son ambiciosos, “saquean el Estado en tiempo de paz, como en tiempo de guerra lo haría el enemigo”, esto es cierto pues los mercenarios dan sus servicios a cambio de sumas importantes.

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