Reseña: manual de escritura para ciencias sociales

Becker, Howard. 2011. “La única manera correcta”. Manual de escritura para científicos sociales: cómo empezar y terminar una tesis, un libro o un artículo, 65-92. Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores

Howard Becker (1928-2023) fue un destacado sociólogo estadounidense. Es graduado de la Universidad de Chicago y reconocido por sus aportes al interaccionismo simbólico, a la escritura de las ciencias sociales y a la metodología de la investigación. El capítulo tres, de su libro Manual de escritura para científicos sociales, se publicó en 1986, como resultado de la interacción con sus estudiantes de sociología. Esta experiencia llevó a Becker a identificar un problema recurrente en el proceso de escritura de sus estudiantes: la dificultad para escribir textos académicos. Ante ello, planteó el término de la única manera correcta como explicación estructural y conceptual del problema.

En el tercer capítulo, titulado La Única Manera Correcta, Becker plantea que la raíz del problema es estructural. Esto se hace evidente a través de las lógicas de interacción académicas que responden a una jerarquía condicionante de la relación estudiante-docente. A esta subordinación Becker llama escolarización. Para Becker, la escolarización subordina a los estudiantes y da como resultado el rechazo hacia la escritura por parte de los estudiantes.

Sobre la escolarización, Becker (2011, 68) afirma que “esos sistemas enseñan a los estudiantes de grado a obtener calificaciones en vez de interesarse por los temas que estudian o hacer un buen trabajo”. Los sistemas escolarizados priorizan una educación cuantitativa que tiene como fin la calificación numérica antes que el desarrollo de las habilidades académicas del estudiante. Ante esto, pocos estudiantes pueden aprender a desarrollar sus habilidades, ya que se ven limitados por un sistema en el que la creatividad y estilo propio pasa a segundo plano.

En este contexto, la escritura como ejercicio de producción académica e intelectual se ve afectada al encontrarse subyugada a las dinámicas de la escolarización, que concibe y reduce la escritura a un tipo de prueba (escolarizada) que debe ser elaborada a la perfección desde su inicio. El espectro de perfección que pesa sobre la escritura, denominado por Becker como la única manera correcta, limita el carácter expresivo y creativo de la escritura. Y, al limitar la escritura al paradigma escolarizado, se le niega la posibilidad de entenderla como un ejercicio de materialización del pensamiento.

Becker propone romper con el dogma de la única manera correcta a través del reconocimiento de estilos alternativos que permiten realizar la misma función: dar realidad física a las ideas. Estos estilos ofrecen opciones para organizar y escribir el texto, y los escritores pueden elegir el que mejor se adapte a sus necesidades, incluyendo el estilo personal. Esta diversidad de estilos permite a los escritores abordar el texto desde múltiples perspectivas.

En este proceso, la reescritura tiene un papel destacado. La reescritura no se limita a corregir errores gramaticales, sino que, también implica la revisión de la estructura, coherencia, claridad y calidad del texto. Esto ofrece al escritor la oportunidad de explorar nuevas ideas, perspectivas y conexiones. Becker presenta la reescritura como una herramienta para encontrar lo que verdaderamente el escritor quiere decir.

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