Resumen De Obras
Enviado por MozFree • 7 de Noviembre de 2013 • 5.006 Palabras (21 Páginas) • 402 Visitas
Análisis de don quijote de la mancha
PERSONAJES
Don Quijote de La Mancha: cuyo nombre es Alonso Quijano el bueno. Hidalgo de 50 años, desgarbado, seco de carnes, enjuto el rostro, devorador de libros de caballerías, hasta el punto de creerse uno de ellos. Profundo creyente en Dios y fiel a su doctrina. Este personaje de Cervantes simboliza los ideales más altos a que aspira la condición humana, lo inalcanzable y lo sublime, la limpieza del alma y la grandeza espiritual.
Sancho Panza: campesino, labrador de la tierra, vecino de Alonso Quijano. Tosco, elemental, de baja estatura, imprudente y vulgar, glotón, dormilón pero fiel a su amo. Este personaje simboliza la realidad, lo material, la cobardía, la codicia y lo inmediato.
Rocinante: Don Quijote creía que todo héroe debía tener un caballo como vehículo para sus hazañas. Entonces, como imitación del Cid Campeador y su “Babieca”, o de Alejandro Magno y su “Bucéfalo”, él adopta su propio caballo al que bautiza con el nombre de “Rocinante”.
Dulcinea del Toboso: otro elemento para su espíritu heroico y aventurero debía ser la imagen de una dama. Musa motivadora de pasiones y de sus hazañas inmortales, y para ello escogió a Aldonza Lorenzo una campesina humilde, con olor de ajos y encargada de la limpieza del corral de los cerdos de su padre. Don Quijote le puso el nombre de Dulcinea del Toboso porque lo consideró, musical, peregrino y significativo.
El ama y su sobrina: prototipos de las mujeres campesinas de la región en la que Don Quijote realiza sus hazañas: supersticiosas, ignorantes, atrevidas y con pretensión al rumor.
Sansón Carrasco: joven bachiller, que se disfraza de caballero andante para luchar contra Don Quijote y derrotarlo, para de esa manera convencerlo de sus delirios y regresarlo a casa. En el segundo libro de la obra toma el nombre de varios caballeros andantes. En una de sus batallas contra Don Quijote se hace acompañar por su escudero.
El Cura: religioso de principios dogmáticos, no obstante, bien intencionado. Vive convencido que en los estantes de la biblioteca de Alonso Quijano, se encuentran los “libros causantes del daño”. Intenta devolverle el juicio a su amigo y para ello recurre a trampas, que de una u otra forma lo involucran en las aventuras de Don Quijote.
Maese Nicolás: es el barbero de la aldea donde reside don Alonso Quijano. Al igual que el cura, quiere participar en la recuperación de su amigo.
Los Molinos: símbolos importantes de la historia, al punto de convertirse en ilustraciones regulares en las diferentes ediciones del Quijote de La Mancha.
Cide Hamete Benengeli: este personaje de origen arábigo manchego aparece a la altura del capítulo IX y es el narrador de la historia, o mejor, el fingido autor, algo así como el otro “yo” de Miguel de Cervantes. Si bien no se trata de un personaje interno de la obra, está considerado como una interesante herramienta literaria del escritor.
Cardenio: victima de las penas de amor; se interna en Sierra Morena para olvidar a su amada Luscinda. Luego de vivir una etapa de “locura de amor”, se recupera, y junto al barbero y al cura intenta recuperar la cordura de su amigo Alonso Quijano.
Dorotea: junto al cura, el barbero, Cardenio, trata de ayudar a Don Quijote para que éste recupere la razón.
Don Fernando: Hijo del Duque Ricardo e íntimo amigo de Cardenio. Traiciona a éste y se fuga con Luscinda, amada de Cardenio.
Ginnes de Pasamonte: reo, detenido y condenado a las galeras. Liberado por Don Quijote en una de sus heroicas hazañas. Más adelante aparece cono el titiritero Maese Pedro.
Los Duques: pareja de nobles que se divierten con las locuras de Don Quijote. Dentro del “divertimento” hacen entrega a Sancho de una “ínsula”.
Zoraida: Mujer hermosa, cristiana, ángel de Dios entre una cuadrilla de musulmanes.
Leandra: Loca de amor se fuga con un soldado, más tarde, este la abandona por en camino. Posteriormente el cura la encuentra enclaustrada en un convento.
Marcela: pastora de ovejas a la que se le culpa por la muerte de Crisóstomo, su enamorado. Don Quijote la defiende valerosamente, por encontrarla honesta en lo que dice y en lo que hace.
El Vizcaíno: escudero de una dama. Sostiene un duelo con Don Quijote en el que sale mal librado.
El Cautivo, el Mozo de las Mulas, los Cuadrilleros: personajes innominados sobre quienes el escritor de apoya para desarrollar diferentes episodios de la novela.
Otros personajes secundarios: durante el transcurso de la historia aparecen indistintamente varios personajes como el “ventero Palomeque”, el “Zurdo”, en cuyo negocio se lee “historia del curioso impertinente”. Cuadrilleros, delincuentes, caballeros andantes venidos a menos, moros, adivinos, gigantes, etc, forman el vigoroso marco en el cual Miguel de Cervantes desarrolla su colosal obra.
NARRADOR:
Narrador en primera persona: es el narrador protagonista de los hechos.
“En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme; no hace mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanzas en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor...”
Narrador en segunda persona: cuando el narrador se dirige a una segunda persona en la cual focaliza las acciones.
“En fe del buen acogimiento y honra que hace Vuestra excelencia a toda suerte de libros, como príncipe tan inclinado a favorecer las buenas artes, mayormente las que por su nobleza no se abaten al servicio y granjerías del vulgo...”
Narrador en tercera persona: también conocido como narrador omnisciente, ya que todo lo ve.
“Al compás de una agradable música vieron que venía un carro de los que llaman triunfales, encima de él ocupaban doce disciplinantes, todos con sus hachas encendidas y en un tronco venía sentada una ninfa. Traía el rostro cubierto con un transparente cendal, de modo que por entre ellos se descubriría un hermosísimo rostro de doncella...”
TEMAS CLAVES DE LA OBRA
La parodia: más allá de vacilaciones genéticas y compositivas, lo que sí se ofrece cono constante durante todo el proceso creativo del Quijote es el fin paródico. Si fiamos de las declaraciones de su autor, fue concebido como invectiva contra los libros de caballerías y ese fue siempre su objetivo principal. Con ello, Cervantes se inscribía en la corriente culta de protestas contra la “mal aacheda máquina” de los disparates caballerescos, con la diferencia de que se magistral parodia
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