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Resumen El Alma De La Toga


Enviado por   •  8 de Octubre de 2014  •  5.556 Palabras (23 Páginas)  •  979 Visitas

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INTRODUCCIÓN

la persona que dedica su vida para abogar por otra persona ,dando consultas y ejerciendo la profesión de manera continua e ininterrumpida , nos dice que el abogado debe tener una fuerza interna superior ,y debe creer primero en si mismo aconsejando que si no se cree en esa fuerza es mejor que se abandone la profesión .

Este libro nos quiere hablar de lo que está pasando en la abogacía, de la inconsciencia que existe, del amor que le han perdido a la abogacía, un tanto para que hagamos conciencia y corrijamos todos esos errores que manchan la reputación del abogado y de la carrera de Derecho.

El dedicarse realmente a ser abogados y no presas de nuestras banalidades, en la corrupción en la falta de ética profesional y más.

Básicamente la moral que lleva a ser un abogado y en la cual nos basaremos como modelo para un futuro al interpretar, actuar y desenvolver los principios de la esencia de la abogacía.

ABOGADO

Hace referencia a que nuestro título universitario no es de "abogado", sino de "licenciado en derecho" que nos autoriza para ejercer la profesión de abogar; sin embargo aquel que no dedique su vida a dar consejos jurídicos y pedir justicia en los tribunales no podrá ser abogado sino simplemente será un Licenciado en Derecho.

En conclusión, el abogado es, el que ejerce permanentemente la Abogacía. Los demás serán solamente licenciados en derecho, pero nada más. Es decir que para nosotros que estudiamos la Licenciatura en Derecho no solo bastara haber concluido la misma sino ejercerla, dar consejos jurídicos a nuestros clientes y por tanto nos convertiremos en Abogados y no solo en Licenciados en Derecho.

FUERZA INTERIOR

Se dice que en el hombre cualquiera que sea su oficio, debe creer principalmente en sí. La fuerza que en sí mismo no halle no la encontrará en ninguna otra parte.

Da una recomendación para las agresiones y críticas de la gente; dice que es: fiar en sí, vivir la propia vida, seguir los dictados que uno mismo se imponga y desatender lo demás.

Hace referencia a que en determinadas profesiones actúan el alma y otra ciencia, sin embargo en la abogacía solo actúa el alma porque todo lo que se hace es obra de la conciencia. No podemos decir que actúan el alma y el derecho en tanto que el derecho se interpreta y se aplica con el alma de cada cual.

En nuestro Ser, hallase la fuerza de las convenciones, la definición de la justicia, el aliento para sostenerla, el noble estimulo para anteponerla al interés propio, el sentimentalismo lirico para templar las armas del combate, quien no reconozca estos tesoros que no abogue.

Además el abogado tiene que comprobar a cada momento si se encuentra asistido de aquella fuerza interior que ha de hacerle superior al medio ambiente; y en cuanto le asalten dudas en éste punto debe cambiar de oficio.

SENSACION DE LA JUSTICIA

El derecho positivo está en los libros, pero lo que la vida reclama no está escrito en ninguna parte. Quien tenga previsión, serenidad, amplitud de miras y de sentimientos para advertirlo, será Abogado; quien no tenga más inspiración ni más guía que las leyes, será un desventurado mandadero.

La justicia no es fruto del estudio, sino de una sensación.

Ángel cita al ilustre novelista Henry Bordeaux quien refiere que cuando visito al escritor Daudet y le manifestó que era estudiante de Derecho, éste le dijo: "Las Leyes, los Códigos no deben ofrecer ningún interés. Se aprende a leer con imágenes y se aprende la vida con hechos. Procure ver y observar.

las palabras "La sensación de la justicia" es que procuremos no actuar tan apegados a las leyes, que usemos lo que nosotros tenemos conceptualizado como bueno, equitativo, prudente, cordial y sobre todo justo; es decir que no solo apliquemos el derecho escrito sino en conjunto apliquemos los valores que como abogados debemos tener.

MORAL DEL ABOGADO

En este capítulo se hace referencia al criterio que debe tener un abogado, es por ello que hace referencia a que la abogacía no se cimienta en la lucidez del ingenio, sino en la rectitud de la conciencia. Malo será que erremos y defendamos como moral lo que no es; pero si nos hemos equivocado de buena fe, podemos estar tranquilos.

Cuando un abogado acepta una defensa, es porque estima que la pretensión de su tutelado es justa, y en tal caso al triunfar el cliente triunfa la justicia, y nuestra obra no va encaminada a cegar sino a iluminar.

También da unos consejos a los abogados, tales como: ser refractario al alboroto, soportar la amargura de una censura caprichosa e injusta, es carga añeja a los honores profesionales. Debajo de la toga hay que llevar la coraza.

Abogado que sucumba al qué dirán debe tener su hoja de servicios manchada con la nota de cobardía. No digo que el juicio público no sea digno de atención. Lo que quiero decir es que después de adoptada una resolución, vacilar ni retroceder por miedo a la crítica, que es un monstruo de cien cabezas irresponsables y faltas de sindéresis.

Cuando se ha marcado la línea del deber hay que cumplirla a todo trance. El que se detenga a escuchar los ladridos de los perros, difícilmente llegará al término de su jornada.

En conclusión dentro de este capítulo podemos decir que no porque sea muy buena la remuneración con el caso que nos ofrezcan perdamos los valores que como abogados debemos de tener y entre los cuales figura la moral, siempre debemos ser firme con defender lo justo y no lo injusto, debemos tener la certeza de que lo que hacemos lo hacemos firme y seguros.

EL SECRETO PROFESIONAL

el abogado está obligado a guardar secretos y sabemos muy bien que él no guardarlo es un delito.

La función del abogado fue en sus primeros orígenes de alto patronato, de protección, de confidencia. Es por ello que el abogado debe guardar el secreto a todo trance, cueste lo que le cueste. Ninguna amenaza, ningún miedo, justificara la conducta de haber revelado el secreto que el cliente le confía al abogado.

Sin embargo el abogado en la guarda del secreto profesional puede encontrarse en tres conflictos: conflicto con su propia conveniencia, conflicto con el interés particular ajeno y conflicto con un grave interés social.

La cuestión para el abogado esta en decidir si el secreto que él sabe le permite defender el asunto o si le ha de mover a rechazarlo.

Hay ocasiones en las que el abogados se encuentra en dilemas pues cuando llega un cliente y cuenta la verdad de los hechos y por verse afectada nuestra moral decidimos

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