Resumen El Arte De La Guerra
Enviado por ChantalND • 18 de Febrero de 2013 • 1.461 Palabras (6 Páginas) • 892 Visitas
Título:
Resumen, “El arte de la guerra”
Introducción:
Este libro es uno de los textos clásicos chinos, con 500 mil años de antiguedad este trabajo creado por Sun Tzu no ha perdido su vigencia y, aún en la actualidad, es reconocido tanto fuera como dentro del ámbito militar como un texto útil a la hora de resolver conflictos y desarrollar estrategias. Por ese motivo, esta obra ha interesado a muchas personas de nacionalidades, épocas y hasta actividades diferentes, tal como se puede comprobar al descubrir que fue apreciado por Napoleón Bonaparte, Nicolás Maquiavelo y Mao Tse Tung y, desde hace algunos años, es una fuente de consulta para políticos y empresarios. Lo más importante en una operación militar es la victoria y no la persistencia. El ejército vencedor es aquel en que todos están animados por el mismo espíritu.
Contenido:
Capítulo I. Sobre la evaluación.
Se trata de que siempre debemos analizar los factores que pueden influir en una guerra. La doctrina, el tiempo, el terreno, el mando y la disciplina son cosas que pueden jugar a tu favor o en contra, por eso antes de afrontar cualquier problema, hay que analizar cuidadosamente la situación, pues aunque estemos en desventaja, siendo hábiles podemos cambiar las cosas a nuestro favor, pues aun en la peor situación se puede salir a flote siendo hábil para valerte de cualquier elemento a tu favor. Por eso mejor piensa dos veces las cosas antes de actuar.
Capítulo II. Sobre la iniciación de las acciones.
Mientras menos dure una guerra, más beneficios tendrás. El acabar con una guerra rápidamente significa una menor pérdida de recursos propios, y por lo tanto una mayor ganancia de los recursos del enemigo. En las guerras a diferencia de la vida, la persistencia no significa que a la larga ganaras, porque conforme pasa el tiempo, te vas debilitando. Por eso busca siempre terminar las cosas de la forma más eficaz y rápida posible. Si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, vencerás en cualquier lugar; empieza por vencer a tu enemigo desde su interior, teniendo aliados que antes eran enemigos puedes saber las estrategias que tiene el bando contrario.
Capítulo III. Sobre las preposiciones de la victoria y la derrota.
Es mejor conservar a un enemigo intacto que destruirlo. Para ganar cada batalla, no hay que lucharla. Hay otros medios para obligar la retirada e incluso derrotar al bando contrario, La mejor forma de vencer, es empezar por conocerte, saber con lo que cuentas: un ejército imponente o uno pequeño, un ejército organizado o no, un ejército valiente o uno cobarde & después de eso conocer a tu enemigo, con que cuenta & con que no, porque son esas fallas las que debemos explotar para ganar cualquier guerra ya sea militar o no. Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla.
Capítulo IV. Sobre la medida en la disposición de los medios.
Ninguna batalla se gana por casualidad, toda victoria es producto de una sabia planeación. Hay que saber cuándo es mejor atacar y cuando es mejor defenderse, porque a pesar de que el ataque puede ser la mejor defensa, un ataque que no haya sido bien estudiado, puede acarrear tu derrota. Los guerreros expertos se hacían a sí mismos invencibles en primer lugar, y después aguardaban para descubrir la vulnerabilidad de sus adversarios. Trata de ser un completo desconocido del enemigo, que no conozca tus debilidades mientras tú conoce las debilidades del enemigo. Siempre los pequeños detalles hacen la diferencia, en la guerra, en el amor & en general en la vida pues son esos pequeños detalles los que te abren camino para la conquista. Si tus fuerzas son diez veces superiores a las del adversario, rodéalo; si son cinco veces superiores, atácalo; si son dos veces superiores, divídelo.
Capítulo V. Sobre la firmeza.
Hasta el guerrero más habilidoso puede perder cuando es cauto de la arrogancia, en cambio uno más débil, puede volverse un monstruo, cuando tiene el ímpetu, el deseo de triunfar. Por eso no solo hay que fiarse de nuestras habilidades, siempre debemos tener en la mente la victoria, no así pensar que somos superiores. Atraer al enemigo a una emboscada, haciéndolo pensar que puede ganar, es como mostrarle el dulce para que se apresure a alcanzarlo sin tomar en cuenta lo que puede pasar. La victoria se
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