Resumen Libro Cuestion De Dignidad
Enviado por chepelacayo • 27 de Marzo de 2014 • 2.080 Palabras (9 Páginas) • 2.337 Visitas
INTRODUCCION
Mantener un equilibrio en nuestra autoestima es algo muy importante, de comunicarse a través de un comportamiento asertivo, de pensar de forma racional siendo prudente, son temas que refleja la obra de Walter Riso.
El libro se basa en ser una persona asertiva, tomando en cuenta los ejemplos tomados dese el lado psicológico como también el terapéutico., El autor comunica la estrategia de ser asertivo, para que cada uno busque recibir su derecho de ser respetado. Difunde la discusión educada donde las personas se apoderan de su inteligencia controlando sus emociones, para de esta forma convencer a quienes realizan acciones hirientes que llegan a transgredir la dignidad y obstruyen metas; de que retraigan su manera insensible de actuar.
RESUMEN DEL LIBRO
Este es un libro muy interesante porque nos da pautas a seguir en busca del mantenimiento de nuestra propia dignidad. Señala, como un elemento vital e importante la valoración personal que cada persona debe darse. Su tema central es la asertividad, recomendándola como una estrategia para que cada uno se dé su lugar y no se deje atropellar por otros, pero esta búsqueda de respeto hacia la dignidad se consigue mostrando el mismo respeto que queremos recibir (esto al mostrar nuestras inquietudes e inconformidades con alguna situación), es pues, una discusión educada, donde la persona asertiva se apodera de su inteligencia para convencer a los demás de que se retracten realizando las acciones hirientes que están lastimando su dignidad o interfiriendo en su espacio. Walter Riso busca mantener un equilibrio entre estos dos extremos: el sometimiento y la provocación. Encontrarse en este estado de armonía permite regular las emociones para expresar aquello que nos hace sentir mal, y de esta forma fortalecer el autoestima y desechar toda emoción dañina existente.
Dejando constancia de la divergencia y expresado los sentimientos de inconformidad, aunque no genere un cambio inmediato en el ambiente, es un procedimiento necesario para evitar la acumulación de basura en la memoria. Es mejor decir las cosas, aquí y ahora, que tratar de sacarlas después cuando el problema se expanda. Muchas veces el cambio que proceden las personas sumisas hacia la asertividad posee muchos contrastes, llegando a caer en la agresividad, debido a que emergen todas sus emociones resguardadas de una manera explosiva y sin límite alguno. Ser asertivo es un proceso que hay que trabajarlo para evitar este ataque de emociones negativas hacia los demás. Convirtiéndose de esta manera en una herramienta de la comunicación, que nos facilita la expresión de las emociones y de nuestros pensamientos, pero no es un arma destructiva como la utilizarían los agresivos; está diseñada para defenderse inteligentemente siempre y cuando se dirige al servicio con fines nobles y como salvaguardia personal de la dignidad. Otras de las múltiples ventajas de la asertividad es que nos permite mejorar en gran medida la comunicación, esto es obvio porque un pensamiento y una actitud asertiva nos impulsa a expresar todo aquello que sentimos, lo cual ha que fluyan las ideas, deseos, y frustraciones, que al ser debatidas en grupo o en pareja surten excelentes resultados, aunque esto es siempre que la otra o las otras personas, estén dispuestas a escuchar y a entender. Las personas que no son asertivas no suelen ser compresivas de los sentimientos de los demás. Frecuentemente critican los méritos de otros aunque internamente sientan envidia.
En el libro se expone el caso de la infidelidad, narrado entre una paciente y su terapeuta en el cual la mujer admite que no está de acuerdo con la infidelidad, pero también dice que no es capaz de manifestarle su punto de vista a su marido porque teme perderlo. Esto sucede porque esta mujer no considera que la fidelidad sea un valor verdadero, lo cual revela la dificultad de defender algo en lo cual no estamos de acuerdo. Tener dignidad significa que merecemos lo mejor, debemos querernos y respetarnos a nosotros mismos para exigir respeto a los demás. La asertividad, además de proteger nuestro amor propio, nos permite modular la violencia interior, para acceder a una dignidad de manera inteligente.
Cada vez que ejecutamos una conducta asertiva se genera una retroalimentación, en donde se reduce la discrepancia entre un yo real y el yo ideal. Haciendo crece al yo real, fortaleciéndolo, descubriéndolo a sí mismo. La asertividad facilita la libertad emocional y el autoconocimiento, porque integra las emociones a la vida, descubriendo lo que pienso y siento, libero la mente y sano el cuerpo. Esto a la vez permite también la presencia de relaciones más funcionales, más directas y auténticas, donde la honradez y la transparencia son determinantes esenciales.
El punto central y primer requisito a partir del cual se define el sí debemos actuar asertivos o no, son los derechos. A través de estos puntos que varían de persona a persona se incrementa el uso de la técnica comunicativa. Es así que los derechos pasan a ser valores que se deben llegar a sentir en cada parte de nuestro cuerpo, de esta manera que el autor del libro nos presenta la definición ética acerca de los valores como motivaciones esenciales de interés radical y extremo que nos impulsan a comportarnos en concordancia con ellos y a defenderlos. La culpa es una de las emociones más difíciles de comprender porque involucra muchas variables. Los modos más efectivos de descargar el peso de la culpabilidad son: la confesión, la reparación real o simbólica del daño causado, solicitar el perdón, disculparse o la revaluación cognitiva, ya que a veces podemos ser demasiado autocríticos y nos atribuimos más peso del que tenemos.
El miedo a excederse con la asertividad y a dañar psicológicamente a los demás suele ser una de las interferencias más significativas del aprendizaje asertivo. De un lado, está la necesidad de autoafirmarse, y del otro, el impedimento que marca las creencias sobre lo que está bien y lo que está mal: lo que debe y no debe hacerse, el miedo a ser socialmente negligente. La persona asertiva es a la vez tolerante. La tolerancia es una virtud, pero, sin límites que define la dignidad personal se convierte en rendición, dependencia humillante. Así como nos indignamos frente a la injusticia ajena, también tenemos la obligación moral de indignarnos cuando nuestros derechos personales se vulneran. Por eso, no tolerar a los abusivos es una manera de respetarse a sí mismo, es ejercer derecho a la resistencia.
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