Resumen Plata Y Bronce
Enviado por RandiiSebastian • 21 de Abril de 2013 • 1.274 Palabras (6 Páginas) • 11.447 Visitas
RESUMEN
Una mujer que vestía con anaco, una camisa de lienzo. Su anaco entre abierto dejaba ver sus fuertes y erguidas pantorrillas, su pecho era erguido, llevaba una fachalina que se movía con la brisa del viento, Manuela, sentada y con las manos en el rostro lloraba inconsolablemente, de la manera en que lloraba y cómo estaba parecía ser una estatua representando al dolor.
La tía de la muchacha se acercó y le dijo que debía volver a sus actividades en la hacienda, ella logró calmarse un poco y con una mueca mostró resignación ante lo sucedido, ya no tenía remedio. Abrazó a su tía y fueron por el único camino, paraba muy seguido, no se sentía bien, pensando en el amor que le tenía a Venancio, su novio, y la obediencia que le debía al amo, esa obediencia y lealtad que le habían heredado sus padres, Gregorio y Teresa.
Pero la obediencia ganó, ella no podía evitar eso, la longa no podía hacer más que ser humillada y someterse ante lo que le digan y le manden. Habría alguna persona que algún día luche contra el sometimiento pero ella no habría de ser la que luche contra la clase abusiva, contra los españoles abusivos y prepotentes que sólo consideraban a los indios como objetos para servir, de los cuales ellos sacarían provecho de cualquier tipo.
La Manuela al llegar entró al patio de la hacienda, ahí estaba el patrón, Raúl que estaba con su ropa de cabalgar, muy elegante y estaba probando un caballo que había llegado en la mañana a la hacienda, don Raúl lo había comprado. El patrón miró a la Manuela con mucho desprecio y le dijo con el mismo desdén: que fuese a buscar que hacer en la cocina que no se quede ahí parada.
Inmediatamente ella volvió a sus actividades y labores diarias ya no con tanta preocupación como con la que venía en todo el camino con la tía. El patrón probó al caballo y estaban conversando de algunos temas con los capataces. El patrón era un hombre joven, de muy buena familia, que como todos vino a pasar unas vacaciones y encontró muy agradables las actividades agrícolas.
Era hermoso, cautivador, conquistaba fácilmente. Sé le conocían muchas conquistas por todos los pueblos cercanos. El creía que ninguna mujer se le podía resistir a su fama de conquistador, él era muy confiado de sí mismo y de sus habilidades a la hora de embelecar a la mujer.
Las primeras mujeres que cayeron a sus pies claro esta fueran las mismas indias que trabajaban en su hacienda, eran jóvenes vírgenes aún. Todas caían por que él tenía su apariencia, él patrón las embelecaba y las violaba.
Por sus aires dominantes y su plena seguridad de conquistador le sorprendió que la Manuela se hubiese resistido a él, ella se hacía la sorda ante las cosas que él decía para conquistarla y hacer lo que hacía con las otras indias. La manuela respondía de una manera muy peculiar a Don Raúl, haciéndole saber que ella pensaba que estaba loco, siempre trataba de ser cortante a las solicitudes de Don Raúl. La Manuela esquivaba sus miradas. Raúl no comprendía porque la india era así de esa manera tan peculiar, no era igual a las demás claro estaba. Todas caían en sus brazos menos la Manuela y ella era la mejor longa que había poseían una belleza, unos bellos ojos. Era muy guapa la Manuela y el patrón le rogaba pero ella no cesó ante sus ruegos.
Le llega una carta a Raúl, de parte de sus padres, anunciándole que su primo Hugo irá a visitarlo debido a la depresión que Raúl presentaba. Pasado un tiempo Raúl entre sonrojado confesó su amor por la Manuela. Por una parte
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