Resumen libro el viejo y el mar

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Nombre del estudiante: Carreto Ortiz Giusseppe Nayib.

Nombre del trabajo: Proyecto Segundo Parcial. El Viejo y el Mar.

Fecha de entrega: 6 de Abril del año 2015.

Campus: Cuernavaca.

Carrera /Prepa: Bachillerato.

Semestre/Cuatrimestre: Cuarto Semestre.

Nombre del maestro: Emmanuel Gutierrez Moctezuma.

El Viejo y el Mar es un libro escrito por Ernest Hemingway y en el presente ensayo veremos de lo trata el libro pero también algo más importante que es las enseñanzas que nos deja y además aplicarlas en nuestra vida y hacerla cambiar.

El libro habla de un hombre llamado Santiago que vivía solo y era pescador pero no tenía mucha suerte desde hace mucho tiempo ya que éste no había pescado nada durante un periodo de ochenta y cuatro días y además no tenía esposa.
Ya no tenía tanto éxito como en su juventud, pero tenía a su lado un niño llamado Manolín, quien el viejo había hecho pescador desde muy joven, y como Santiago ya no había pescado nada o como lo dice el libro “No cogía un pez”, porque ya eran muchos días sin pescar nada, los papás de Manolín lo obligaron a cambiarse de barco a uno con más suerte y éste ayudaba al viejo en lo que podía.

El lazo entre ellos dos era muy fuerte, ya que compartían aventuras de pescas exitosas en el pasado.
En el día 85, Santiago pensó que su mala racha debería que terminar y aunque Manolín quería viajar con él, ni los padres del niño ni el viejo lo permitirían.

Entonces Santiago se lanza a la mar muy temprano como todos los días, cansado, con hambre y ya sin tantas fuerzas como en sus mejores tiempos, en busca de una mejor suerte, en contraste del resto de los pobladores pescadores que salían con mejor racha.

Ya en el mar, Santiago hacía lo de costumbre como preparar la carnada y hablar solo, pues, no estaba acompañado y desde muy joven había aprendido a hablar de esta manera y en silencio.

Al no tener compañía, estaba convencido que a nadie molestaría, por lo que hablar solo era más fácil.

Medio día después, un pez toco el hilo de Santiago y este esperó el momento exacto para darle un tirón al pez y matarlo. Así lo hizo pero para su sorpresa el pez no cedió, si no que empezó una pelea por la supervivencia. Santiago sintió que este esfuerzo no era usual, pero urgido de una victoria se hizo jurar a si mismo que lo perseguiría más allá de cualquier frontera, más lejos de donde cualquiera hubiese llegado jamás.

Pasaron las horas y Santiago no tenía la menor idea de lo que enfrentaba, lo único que sabía era que se alejaba cada vez más de la costa mientras que aquel pez tiraba del hilo.

Caería la noche y Santiago no tendría la dicha de saber quién era su rival al que, conforme pasó el tiempo, respetaría su valentía.

En medio de la oscuridad, Santiago empezó a sentir miedo y recurrió a sus recuerdos más valiosos, sus victorias, su mujer, el pequeño Manolín al que extrañó y sintió que debió estar con él para ayudarle, pero enseguida desechó esa idea pues, al final de cuentas sabía que estaba solo.

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