Resumen principe y medingo ensayo
Enviado por lemusemily24 • 20 de Octubre de 2015 • Ensayo • 584 Palabras (3 Páginas) • 138 Visitas
[pic 1]Universidad del Istmo de Guatemala
Facultad de Arquitectura y Diseño
Forhum 9
Licda. Magali Castillo
“EL PRINCIPE Y EL MENDIGO”
Mark Twain.
Emily Lemus
Carne: 2011-1190
El príncipe y el mendigo, es una novela escrita por Mark Twain. Cuenta la historia de dos niños de apariencia física idéntica: Tom Canty, un mendigo que vive con su padre cruel en Offal Court, Londres, y el príncipe Eduardo, hijo de Enrique VIII de Inglaterra.
Relación entre Tom y Eduardo:
En un mismo día nacen dos niños: uno, el príncipe Eduardo Tudor, el heredero ansiosamente esperado de Enrique VIII; el otro, un niño mísero que nadie deseaba: Tom Canty. Una casualidad hace que ambos niños se conozcan, al ver el gran parecido físico entre ellos, deciden, por juego, intercambiar sus papeles durante un día. Pero los hechos se desencadenan de tal modo que no logran recuperar sus verdaderas identidades. Esto permitirá que el príncipe conozca todas las humillaciones, crueldades e injusticias a que están sometidos sus súbditos. Y que Tom conozca la falta de libertad que sufren los poderosos y su imposibilidad para gobernar con justicia.
Este intercambio de papeles, permitirá una comprensión mutua y conocimiento del otro, que a la vez les permitirá encontrar agradecimiento por sus vidas.
Como se complementan:
Ambos niños son físicamente iguales. Y ambos, pese a su distinta educación, tienen los mismos valores morales: son justos, leales, nobles.
Razones por las que no son felices:
Tom Canty vivía en medio de la más atroz pobreza, soñó durante años con príncipes, hadas y castillos encantados. Tanto, que, a pesar de su miseria, se las arreglaba para jugar a que era un príncipe.
Eduardo Tudor, no era completamente feliz debido al protocolo de la corte que le impedía gozar de muchas libertades propias de un niño.
El equilibrio que debe haber en una situación así:
Se basa en la comprensión entre lo material y la verdadera libertad, que no es aquella que se goza cuando se poseen todos los bienes, sino la que se posee cuando se es libremente feliz con lo que uno tiene. Ni Eduardo feliz en un palacio, porque no había libertad plena, ni Tom feliz en las calles, donde a pesar de ser más libre para actuar, vivía en la pobreza. Ni un extremo ni el otro, no es el fin la pobreza ni la riqueza desmedida y vana, sino una vida plena, donde a pesar de los pesares se puede ser feliz: mientras menos se desea y más agradecido se es, se es mas rico.
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