Resúmen Las cuitas del jóven werther

             LAS DESVENTURAS DEL JOVEN WERTHER

Las desventuras del joven Werther, es una obra literaria que nos es relatada mediante las cartas enviadas desde el protagonista Werther, a su amigo Wilhelm, en las que al principio nos cuenta de lo maravillosa que era su vida luego de irse al campo, donde es todo hermoso, los paisajes, las costumbres de la gente, los niños (quienes siempre le causaron una admiración especial). A lo largo del relato podemos encontrar que la manera como definía Werther el lugar donde estaba demostraba la actitud de alguien que se sentía libre, que estaba donde siempre quiso estar. Esto lo podemos identificar por ejemplo en esta cita del texto. «Yo me encuentro aquí muy bien; la soledad, en este país encantador, es un bálsamo precioso para mi corazón que tan a menudo se estremecía como si sintiese un calofrío; pero esta estación en la que todo se renueva y se rejuvenece derrama sobre él un suave calor».

        Un día en un baile conoció a Carlota/Charlotte, una hermosa joven, a quien su madre, antes de morir le encargó el cuidado de sus hermanos, y le pidió casarse con Alberto, quien era un amigo de Carlota, y con quien estaba comprometida al momento de conocer a Werther. Esa misma noche bailaron y tuvieron una buena conexión, sin embargo, Werther empezó a enamorarse de Carlota, la visitaba a diario y se refería a ella como “La más amable de las criaturas”.

Alberto que se encontraba de viaje, luego de un tiempo regresó al pueblo, pero esto no fue impedimento para que Werther siguiera visitando a Carlota, de hecho el texto nos muestra que Alberto y Werther entablaron una amistad, pasaban tiempo juntos, conversando sobre Carlota, Alberto le hablaba sobre cómo era la madre de ella, y así fueron forjando una amistad, que pese a que las primeras intenciones de Werther eran encontrar defectos en Alberto, luego diría que “Alberto era el mejor hombre bajo la capa del cielo”.

Luego de las insistencias de su propia madre y su amigo Wilhelm, decide emplearse al servicio del embajador, quien no era del agrado de Werther, y es el causante de los estados de mal humor de este, que a su vez estaba atribulado por el amor que sentía por Carlota, y por su corazón rebelde, que se constriñe con las actitudes burguesas que humillaban al pueblo, y que al igual que el embajador para con él, los hacían sentir subordinados. Mientras se encontró en aquel lugar, conoció personas que parecían encajar con él, y ser de su agrado, pero al final, terminaban siendo despreciadas por Werther.

Entonces volvió a Wahlheim, sólo para estar cerca de Carlota, por quien no había dejado de sentir ese amor, ni un solo segundo. Pero ahora vuelve aún más obsesionado con Carlota, quien le llama la atención por los constantes excesos que este tenía, Alberto le solicita que no la visite tanto, ya que, “estaban dando qué hablar a la gente”. Finalmente Carlota le pide prometer que no volverá hasta vísperas de Navidad, petición que Werther no cumple, y desesperado va hasta donde ella, comienza a leer un libro que él mismo le había traducido Mientras leía ella hizo que Werther la tomara de la mano, desembocando en un amargo llanto, que terminó con un Werther sumamente afligido besando a Carlota, y esta última corriendo a encerrarse a su habitación, por lo que Werther se despide diciéndole “Adiós para siempre”.

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