SI NO CAMBIAS, EL CAMBIO TE CAMBIA

SI NO CAMBIAS, EL CAMBIO TE CAMBIA

Los seres humanos somos personas que a diario buscamos la excelencia basándonos en múltiples conceptos, pensamientos y aptitudes que son características en cada uno de nosotros, pero en nuestro afán de ser mejores y los primeros en todo momento pasamos por encima de muchos de nuestro semejantes causándoles a los mismos un sin número de frustraciones, rencores y resentimiento que bien podrían decir, en algún momento dado se nos revierten, ocasionándonos tal vez, un fracaso inminente en el progreso y desarrollo tanto personal como laboral de cada uno de nosotros como individuos.

Buscar la excelencia y pretender ser los mejores no es muy mal pensamiento y, por lo tanto, no carece de lógica, sin embargo, los métodos, formas y maneras que utilizamos para lograr nuestro cometido, generalmente, están constituidos en su mayoría por una idealización egoísta que busca solo nuestro beneficio, olvidándonos de quienes nos ayudan a culminar, satisfactoriamente, nuestra meta.

Es considerablemente notorio ver como en la mayoría de los casos nos cuesta tanto lograr un éxito total no solo en nuestro trabajo y ocupaciones sino también en el ámbito personal y en el más complejo el social.

Así pues, estaría bien evocar que somos seres de costumbres arraigadas y por tanto nos cuesta trabajo desprendernos y dejar atrás nuestras costumbres pasadas para adaptarnos a una nueva etapa, es decir, al cambio. Es allí, precisamente donde debemos analizar de manera cuidadosa el porqué nos rehusamos a cambiar cuando se genera esta necesidad, y digo necesidad porque es esto, precisamente, en lo que se ha convertido el cambio para todos y cada uno de nosotros. Es preciso tener en cuenta que todo cambio genera por lo menos en principio algún tipo de malestar para nosotros, viéndolo desde el punto en que nos toca adaptarnos a nuevas situaciones que afectan nuestras vidas, nuestro diario vivir y, sobre todo la vida de nuestra familia y de nuestra descendencia.

Hoy en día, tenemos que aprender a vivir con un compañero inseparable: el cambio. Tenemos que aprender a aceptarlo, manejarlo, transformarlo y sobre todo, ponerlo a producir a nuestro favor, tenemos que enfrentar este gran reto viviendo en un mundo nuevo, un mundo excitante, un mundo cambiante.

“Si no cambias, te puedes extinguir”.

¿Por qué nos negamos a cambiar?, ¿Porqué siempre nos enfocamos en los aspectos negativos dejando de lado las cosas positivas que obtendremos al cambiar? Será que… nuestras dudas, temores y miedos pueden más que nuestra fuerza de voluntad? O acaso, no estamos preparados para enfrentarnos a nuestro mundo cambiante? O por el contrario, estamos dispuestos a enfrentar nuestro futuro con una visión clara y preparados para afrontar los desafío que se nos presenten? Nos aventuraremos con un espíritu altruista a lo que será nuestro proyecto, negocio, tarea o relación? Pues, ciertamente, es fundamental tener claro que tenemos a nuestra merced todas las herramientas para dar inicio a nuestra aventura y correr

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