Sadako Y Las Mil Grullas De Papel

Sadako era una niña que vivía en Hiroshima Japón, cuando ella tenía 2 años (1945) cayó la bomba atómica en su ciudad (Hiroshima) con el fin de acabar con la segunda guerra mundial, con esta bomba se afectó a miles de personas, muriendo gran número de personas y a los sobrevivientes provocándoles una enfermedad llamada leucemia.

Sadako era una gran corredora y su máximo sueño era formar parte del equipo de carreras en su escuela, un día llego corriendo de felicidad a su casa con la noticia de que la eligieron para el campeonato de relevos de la escuela. Ella no podía dejar de pensar en eso, cuando llegó el gran día de la competencia ella sentía mucho miedo pues veía al otro equipo más fuerte que al suyo, le dijo a su mamá y ella la intento de tranquilizar diciéndole que todo iba a salir muy bien, que solamente diera todo en esa carrera y que independientemente de que ganara o perdiera sus padres iban a estar orgullosos de ella.

Finalizando la carrera nombraron a su equipo ganador, pero ella se empezó a sentir muy mal, guardo ese secreto y se puso a disfrutar su victoria con su familia, un día cuando ella estaba en la escuela corriendo, otra vez se sintió muy mal y uno de los maestros le llamó a su padre, cuando llegó inmediatamente la llevaron a la cruz roja, ella sabía que en ese hospital habían muchos casos de leucemia por la bomba atómica. Le hicieron unos análisis a Sadako, el doctor estaba hablando con la mamá de Sadako cuando de repente se escuchó un grito de la madre diciendo - ¡Leucemia!- ahí fue cuando Sadako supo con certeza que tenía leucemia.

Después llegó su mejor amiga Chizuko con una sorpresa para Sadako era una grulla dorada, hojas de papel y unas tijeras, Sadako le dijo – ¿Qué es todo esto? – Su amiga le contestó – ¿No conoces la historia de las mil grullas de papel? se supone que vivía mil años.

Si una persona hace mil grullas de papel los dioses escucharan sus plegarias y lo curarán. Entonces Sadako se puso a hacer grullas, al principio no se le hacía nada fácil, pero con el paso del tiempo fue ganando práctica y cada vez le salían más perfectas, un día su hermana Masahiro sacó a Sadako al patio y ahí conoció a Kenji un niño de 9 años que tenía leucemia y entonces Sadako le preguntó que si como podía tener leucemia si el todavía no nacía cuando cayó la bomba atómica, él le dijo que su mamá se lo transmitió.

Después de un rato Sadako y Kenji hablaban como amigos, tres días después la enfermera le dijo a Sadako que Kenji había muerto, entonces se puso a llorar y la enfermera la consoló, el médico había autorizado que pasara unas noches con su familia en su casa ya que había notado grandes avances en Sadako. De vuelta al hospital ella se sentía cada vez peor, su mamá le trajo un kimono y ella con todas sus fuerzas se lo puso solo para complacerla e hizo una grulla, la última. Un rato

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