Sentido De La Simbología

El texto de García Márquez presenta en su narración una serie de símbolos, que creemos, tienen por finalidad representar el estado de ánimo de El Coronel y las constantes tensiones entre su forma de ser y de vivir y el mundo que lo rodea. Por esto, decimos que los símbolos presentes en la novela no tienen tan sólo un significado individual, sino que tienen significancia en su conjunto.

Respecto a lo anterior, adherimos a la afirmación de Vargas Llosa (1979; 322) que señala que “las tensiones que sostiene El coronel se producen del choque entre el mundo interior del coronel, aferrado a su idealismo optimista y a su moralidad impecable, y el mundo exterior que exige su rendición y su conformidad con el materialismo de la sociedad”. Luego, utilizamos los símbolos, puesto que creemos que, tal como mencionamos en el primer comentario, García Márquez los usó no en razón de su materialidad, sino que por el contrario, su finalidad es trascender a la realidad corpórea y forjar alusiones que van más allá de lo que representan materialmente. De esta manera entendemos los símbolos y, por ello, estimamos necesario analizarlos dentro de la dinámica de la vida del Coronel. Por ejemplo, cuando el Coronel “le hizo una sonrisa de complicidad” [al gallo] y luego le dice: “La vida es dura camarada” (García Márquez: 2007, 52), el autor nos muestra al gallo como un cómplice de El Coronel; cómplice y compañero de la ilusión idealista que menciona Vargas Llosa, pero luego al saber el precio que podían pagarle por él, El Coronel cambia su visión respecto del animal y cae en la tentación de abandonar su ideal. Desde ese instante, el gallo juega un rol de ambivalencia: por un lado la determinación que muestra El Coronel en mantener el gallo, y de otro, la indecisión interior que lo aqueja. Por otra parte, el espejo y los zapatos representan también un estado anímico de El Coronel, en el caso del espejo, cuando se menciona la falta de este (11), esto sólo indica una de las tantas carencias que tiene El Coronel durante la novela, pero después cuando su mujer consigue uno, El Coronel “sigue afeitándose al tacto” (86) a pesar de tener un espejo en frente, lo que sin duda, refleja un estado psicológico del personaje: estado que implica la resistencia de El Coronel a los cambios de la modernidad y su firme determinación de mantenerse en su idealismo. Lo mismo ocurre con los zapatos, cuando por ejemplo, El Coronel dice: “Estos monstruos tienen cuarenta años y es primera vez que escuchan una mala palabra” (54), de esta manera los zapatos ya no son sólo objetos materiales, sino que El Coronel les da con su afirmación caracteres humanos: lo han acompañado por muchos años y reflejan lo aferrado que está El Coronel a su antigua forma de vida.

Por el contrario, podríamos afirmar que estos símbolos no son más que objetos que sólo sirven dentro de la narración para “adornar” y

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