Sentido Social

Tal y como expone Paéz en el texto de base de este trabajo, Durkheim, con el fin de establecer diferencias entre la sociología y la psicología, realiza la distinción entre representaciones individuales y colectivas, sin advertir en primera instancia la inseparable relación que poseen y la variedad de representaciones sociales que existen.

El concepto alude, por tanto al origen del conocimiento de todo tipo. Contiene, a su vez, 4 premisas: el conocimiento se anida en la capacidad humana del pensamiento simbólico, ese tipo de pensamiento habilita el proceso de comunicación como generador de conocimiento; a partir de ello se pueden construir conceptos; y por último estos conceptos vienen a representar relaciones sociales. De ellas hablaremos a continuación.

1) Pensamiento simbólico y 2) comunicación:

Tal y como lo enuncia el texto de base de este trabajo, “la naturaleza del pensamiento social es la comunicación por símbolos”, haciendo del pensamiento simbólico y la comunicación un binomio inseparable. Esto porque ambos aspectos, propiamente humanos, definen tanto al pensamiento mental (individual) como al social. Básicamente, símbolo es la representación de una cosa por otra que permite consecuentemente interpretar aquel significado distinto. Pese a lo fácil que puede ser explicarlo, no se trata de una visión compartida por todos en psicología, pues el psicologismo, el cognitivismo y la cibernética asumen posturas distintas. Estas diferencias se pueden explicar por la dificultad que se tiene de criticar aquello que se ve y que se asume como mundo real (Segall, Campbel y Herskovitz, 1966).

Así, el mundo social esta lleno de representaciones, lo cual no se refiere solo a la lengua, pues existen muchos más sistemas de significantes, como los signos no lingüísticos, las metáforas, etc. Por otro lado, el autor afirma que el símbolo es inútil sin sentido social, pues si éste posee existencia externa, aunque la interpretación la conozca solo un individuo, ella es potencialmente capaz de ser conocida por otros. Y finalmente, los símbolos poseen una naturaleza histórico-social, pues se requiere de signos previos a uno mismo para realizar una adecuada interacción con otros. El símbolo cristaliza, en cierto sentido, acciones recíprocas entre individuos (Simmel, 1908).

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