Steve Jobs

Steve Jobs.

Steve Jobs, ¿locura o genialidad?, mirar cada acto de Steve Jobs hace palpitar el corazón a mil millas por hora y hacer trabajar la mente al doble, tanto el cómo su trabajo a dejado un legado imborrable en la humanidad, ha dejado un principio sin final.

Una mente sin escrúpulos ni compasión humana, que busca la perfección en cada proyecto que se plantea, no basta ser bueno o mejor que el otro, si no se trata de ser el único, es algo memorable que transmitía su esencia. El mas mínimo detalle es igual de importante que el más grande algo que dejaba más que claro en su trabajo, conseguía lo que quería porque era un alma furtiva de sueños y de colirios de grandeza, con basta profundidad de pensamiento y racionalidad irracional dentro de la elocuencia de la locura, para muchos digno candidato de un manicomio por su personalidad explosiva, descarada, esquizofrénica e insolente pero para todos un genio sin límites de sublimidad.

A algunos les puede parecer que Steve Jobs no fue un genio, sino solo un oportunista al apropiarse de las ideas de los demás y manejarlas como suyas, pero se requiere de una gran inteligencia y liderazgo para transformar un vaso de agua en una represa, un estanque de pececillos dorados en un acuario de tiburones y ballenas, el con su iniciativa y esfuerzo llevo a convertir un proyecto que solo era un “pasatiempo”, en una compañía de elite multimillonaria.

Impredecible, inquieto, curioso, apasionado, ¿síndromes de locura o genialidad?, es asombroso mirar la labor de Jobs en la sociedad, dio justo al clavo, miro como el hombre ama las cosas simples pero hermosas como las siente una parte más de su cuerpo que son indispensables de tener, creo la necesidad de necesitar Apple, de mirar a la tecnología con glamur y a los códigos binarios como unos trazos de Da vinci, en el no cavia la palabra regular o bueno en el solo cavia la palabra incomparable.

Su ideal más grande era ser inolvidable dejar marcas por todos lados para eso basaba su trabajo en la perfección y odiaba la mediocridad y la apatía, miraba la pereza como una enfermedad que impedía al ser humano dar su máximo esfuerzo y crear grandes cosas, nadie es indispensable solo yo parecía decir con la mirada tenía tanta confianza en sí mismo que todo lo creía posible y así lo realizaba, aunque pareciera egocentrismo, su personalidad, su coraje, su valor, su perseverancia lo llevo a cruzar ríos sin puentes a navegar por los cielos en aviones de papel a llegar al espacio en una caja de cereal.

Sus sueños fueron su transporte, alcanzo niveles de creatividad impensables para su época creo la escuela incluso antes de saber que existía la educación, creo la libertad de crear, de sorprender de innovar la oportunidad de que la imaginación se transformara en realidad.

La majestuosidad de cada invento era como mirar el aleteo de una mariposa sencillo, delicado y hermoso,

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