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Tacticas: El Uso De Mediadores


Enviado por   •  20 de Febrero de 2013  •  9.063 Palabras (37 Páginas)  •  862 Visitas

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Tácticas: el uso de mediadores

Los maestros pueden propiciar el desarrollo y ayudar a los niños a pasar del desem- peño con apoyo al desempeño independiente. El paradigma vygotskiano propone que

una forma de hacerlo son los mediadores que los niños puedan utilizar como herra- mientas. Los mediadores facilitan la cesión de responsabilidad al niño, pues aunque se hayan desarrollado con el apoyo de los adultos, estas herramientas pueden ser utiliza- das por el niño sin la presencia física del maestro. En este capítulo comentamos los me- diadores y sugerimos formas de usarlos en el aula de la infancia temprana.

La función de los mediadores

Un mediador es algo que sir ve como intermediario entre un estímulo del medio am- biente y la respuesta individual a ese estímulo, según el trabajo de Vygotsky (véase la figura 3.1 del capítulo 3). Un mediador propicia el desarrollo del niño al hacer más fácil una conducta determinada. Según la teoría de Vygotsky, los mediadores se convierten en herramientas de la mente cuando el niño las incorpora a su actividad. Al igual que otras herramientas culturales, los mediadores aparecen primero en la ac- tividad compartida y luego el niño se apropia de ellos. Cuando Linda está aprendiendo a leer y la maestra le dice: “Mira la primera letra, ¿qué sonido tiene?”, Linda piensa para sí: “Mira la primera letra”. Esta habla interna actúa como mediador para facili- tar la lectura. Antonio aprende a sumar y usa los dedos para ayudarse a calcular. Sus dedos actúan como mediador pues hacen la suma más certera. En cada caso, el niño utiliza el mediador para facilitar la conducta.

Vygotsky creía que los adultos poseen complejos mediadores abstractos para ayu- darse a pensar: palabras, símbolos, modelos gráficos, planes y mapas. Estos mediadores pueden estar a la vista, como una lista de cosas pendientes o pueden ser interiores. Los adultos usan estos mediadores naturalmente, de una manera integrada y, con frecuencia, automática, inconscientemente. Algunas veces los adultos enfrentan si- tuaciones en las que el uso automático de los mediadores se interrumpe o dificulta. En situaciones semejantes, emplean mediadores exteriores evidentes, en vez de inte- riores. Por ejemplo, cuando un adulto usa una estufa que no conoce debe mirar los botones del tablero de control (el mediador exterior) para saber cuál perilla corres- ponde a cada quemador; en cambio, al usar una estufa conocida, el adulto tiene un patrón interior que relaciona los quemadores con las perillas. Otro ejemplo es el de una mujer que maneja un automóvil que presenta un modelo innovador de cambios de velocidades. La mujer mirará el diagrama en la manija de la palanca de velocida- des para cerciorarse de haber metido primera ¡y no reversa!

Algunas veces los niños olvidan la conducta que aprendieron con la mediación exterior y necesitan volver a usar el mediador durante un breve periodo. Para los ni- ños, los mediadores son exteriores y manifiestos, y no están integrados necesaria- mente a sus patrones de pensamiento. Los mediadores exteriores y manifiestos son visibles para los demás y para el niño, y pueden ser incluso tangibles. Por ejemplo, el señor Ochoa quiere que los niños recuerden hablar en voz baja a la hora de la reu- nión de grupo, así que pone un pequeño ratón de peluche en su escritorio justo antes de la transición a la reunión; el ratón es un mediador tangible que les recuerda a los

niños que deben hablar en voz baja. Los niños pueden necesitar cierta práctica en el uso del mediador y algunos recordatorios del adulto porque pueden olvidar su pro- pósito. Para convertir el ratón en mediador, el señor Ochoa ha hecho ejercicios en que los niños hacen ruido cuando esconde el ratón detrás de la espalda y se callan ante él. También pide que digan lo que significa el ratón e incluso insta a los niños a que susurren: “Cuando el ratón está afuera yo estoy callado como un ratón”.

Los mediadores exteriores como andamios

Los mediadores manifiestos funcionan como andamios pues ayudan al niño en su transición del desempeño con la máxima asistencia al desempeño independiente. La meta es retirar los mediadores exteriores o dejar de utilizarlos una vez que el niño haya interiorizado su significado. Los mediadores exteriores son un escalón temporal diseñado para conducir al niño hacia la independencia. Los maestros planean el ti- po de mediador exterior que usarán y la manera en que deberá retirarse conforme el niño adquiera independencia y se apropie de la conducta y de la herramienta en cuestión. El momento apropiado para retirar el mediador no puede determinarse con exactitud; a veces los niños olvidan el mediador exterior y necesitan volver a usar- lo durante un breve periodo; en otras ocasiones unos cuantos éxitos bastan para ale- jar pronto al niño del mediador manifiesto.

Tipos de mediadores

Los mediadores pueden ser verbales, visuales o físicos. El discurso y la palabra escri- ta son mediadores verbales. Una conducta sencilla, como aprender a tejer, puede ser mediada por las palabras derecho y revés. Estas palabras pueden pronunciarse en voz alta: “Derecho, derecho, revés, revés”, para facilitar el tejido de una determinada puntada. Un mediador también puede materializarse o ser tangible: las imágenes y los diagramas son ejemplos de mediadores visuales; un adulto puede utilizar el dibu- jo de un patrón de puntadas como recordatorio de lo que debe hacer. Un mediador físico consiste en un conjunto de conductas —como hábito o ritual— que desencade- na un proceso mental; por ejemplo, un cierto movimiento de los dedos o un tipo de aplauso puede mediar las conductas para llegar a tiempo a la reunión de grupo y ayu- dar a que los niños recuerden sentarse en círculo y mirar al maestro.

Los mediadores verbales, visuales y físicos pueden afectar el procesamiento de información compleja como la clasificación. Las palabras que denotan las categorías funcionan como mediadores verbales en algunos casos. Cuando Lorena clasifica cu- bos, el maestro le da las palabras pequeño, mediano y grande como mediadores verba- les para la clasificación; la niña repite estas palabras mientras clasifica. El maestro podría dar también un mediador visual, como un círculo pequeño, uno mediano y uno grande (véase la figura 7.1).

A diferencia de los adultos, quienes usan sobre todo mediadores interiores ver- bales para dirigir los

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