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Todo Lo Que El Diablo Se Llevo


Enviado por   •  3 de Diciembre de 2012  •  1.413 Palabras (6 Páginas)  •  480 Visitas

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A veces sueño que un ejército de filólogos invade las calles y avanza poco a poco haciéndose con las panaderías, los bancos, los colegios, las editoriales, los despachos de abogados, los talleres mecánicos y hasta las tiendas de ropa, las plazas públicas y las cabinas de los trenes. Lo hacen pacíficamente pero decididos, en tropel, son muchos y llevan esperando tiempo, a juzgar por su aspecto de cansados pero enérgicos. De pronto empiezan a ser más y muchos más, y las calles son ríos de filólogos que se llenan de un bullicio ensordecedor. Y entonces despierto de repente en sudor. Menos mal; no vaya a ser que me ocurra lo que a los integrantes del Nautilus, que pueden entrar pero no salir. Como afirma uno de los personajes de Todo lo que se llevó el diablo, el mundo de hoy se ha formado sobre esa novela de Julio Verne: Veinte mil leguas de viaje submarino. El descenso a las profundidades de la mente y a las profundidades de la sociedad son como el ansiado descenso del capitán Nemo a las profundidades marinas; un viejo sueño de la humanidad que pretendemos exorcizar.

Esta segunda novela del escritor de Sant Adrià del Besòs Javier Pérez Andújar —hijo catalán de la inmigración y filólogo hispánico, ambos datos a mi parecer importantes para conformar su universo narrativo—, se construye a través de retales de historias superpuestas unas a otras y narradas por sus propios protagonistas, reales o ficticios. El presente coexiste con el pasado y la realidad se mezcla continuamente con la ficción, como en una ecuación constante del espacio-tiempo. Las supuestas cintas grabadas por el personaje de Arcos Paulín y encontradas por Paco Castañón son una carambola ficcional en esta dirección. Castañón es un librero y coleccionista de cómics, que viaja hasta Bruselas para encontrarse con el descubrimiento de la figura del dibujante Arcos Paulín, personaje que supuestamente formó parte de las Misiones Pedagógicas que nacerían en 1931 con la intención de llevar la cultura a los pueblos más remotos de la geografía hispánica. Estos personajes ficticios novelescos se mezclan en la novela con otros reales como fueron el propio Cossío, Lorca, Giner de los Ríos, Luis Bello, María Zambrano y otros muchos intelectuales y sobre todo maestros anónimos de la República. Todos aparecen en este homenaje personal del autor a una época, a unos idearios, a una forma de ser de quienes consiguen ser aquello que trabajan, a la memoria, a la democracia, y a los libros: «Los libros tienen un componente biológico en relación con las personas. Forman parte de ellas. Los libros, al igual que el cerebro, dan opinión a la gente».

Son las Misiones Pedagógicas el eje central de esta segunda novela del autor. Y es ese espíritu de libertad e instrucción, que motivó la fundación de ese proyecto educativo republicano, lo que se encuentra de bruces en la novela con lo más acérrimo de la crueldad humana. Con ese germen que sembraría los tres años posteriores de Guerra Civil y la dictadura. Ese diablo que iba gestándose en el aliento de personajes como el alcalde don Melitón: la violencia y el caciquismo, la centralización de poder y el odio. ¿Nos nos recuerda la figura del tirano a ciertas novelas del realismo mágico latinoamericano? Sin duda. A propósito de lo sobrenatural en la historia, ya han intentado emparentar al autor con esta corriente literaria del realismo mágico; y con atino él mismo responde que en nuestra propia cultura popular y oral podemos encontrar el propio origen de esa realidad también atávica y supersticiosa, donde los cuentos y las leyendas así como los romances recogen una tradición en la que se explican muchos de nuestros ritos culturales más ancestrales que son, en el fondo, la primera forma de la literatura de la “tribu”. En este sentido el esperpéntico personaje de Delfín el Aparecido brinda a la novela algunos de los momentos más cómicos. Es un personaje a quien todo el mundo se empeña en recordarle que está muerto y que por eso debería ser enterrado, mientras él se afana en vagar como alma en pena, resistiéndose a dejar este mundo y deleitándose en conversar con los vivos. Un tema recurrente por ejemplo en la cultura y tradición gallegas que ha tenido resonancias múltiples en las letras hispánicas,

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